El Banco Popular ha trabajado en silencio, mientras el Santander y el BBVA eran el centro de los rumores sobre opas. El grupo de accionistas sindicados del tercer banco de España ya controla el 30,4% de su capital, cifra que le blinda ante cualquier intento de opa por parte de un banco español o extranjero. Además, ahora, para empezar a hablar de comprar el banco hay que poner sobre la mesa 16.000 millones de euros.

Fuentes del Popular recordaron ayer que el presidente ejecutivo, Ángel Ron, nunca ha escondido su deseo de mantener la independencia de la entidad, defendiendo así una característica heredada de Luis Valls Taberner.

El Popular cuenta con el apoyo de sus dos grandes aliados, que comparten con el sindicato de accionistas el primer paquete accionarial. Por una parte, la aseguradora alemana Allianz, con un 9,37%; y, por otra, el portugués Americo Amorin, en estos momentos con un 6,66% que, unido al 14,39% de la sindicatura, suman ya un 30,43%.

Cuando ayer trascendió que la sindicatura del Popular había adquirido otro 0,028% del capital, con un desembolso de 4,31 millones, el valor subió en bolsa un 1,30%, hasta los 13,2 euros.

Ángel Ron, que fue elegido presidente único del banco en el consejo de administración del 21 de marzo, tras la salida de Javier Valls Taberner, se marcó como pauta lograr que el banco siguiera su camino en solitario, pese a la voracidad de los gigantes.