La mejor forma de combatir los populismos en América Latina es amortiguar las desigualdades sociales. El Círculo catalán de Economía reunió ayer a los responsables de las empresas españolas que más invierten en el área y a diferentes expertos para analizar la situación de la región. En la inauguración de la nueva sede del foro de opinión, su presidente, José Manuel Lara Bosch, lamentó el resurgimiento del "populismo" en Latinoamérica, que solo busca "el voto" de las clases menos favorecidas. "Lo hemos vivido en Bolivia, en Perú y en México", comentó el editor.

"Nos preocupa que ese populismo afecte al crecimiento y la distribución de la riqueza", indicó el también presidente del Grupo Planeta, la mayor editorial en lengua española del mundo, con una amplia presencia en aquella región. Lara se rodeó de los presidentes de Telefónica (César Alierta), Repsol (Antoni Brufau) y Grupo Cisneros (Gustavo Cisneros) y el del Consejo Mexicano de Hombres de Negocios (Gastón Azcárraga).

El más pesimista fue el presidente de Repsol. Brufau reconoció que la situación económica es buena en general y que en la región prevalece la democracia. Sin embargo, expuso que la inversión extranjera --especialmente la española-- tiende a remitir por la falta de garantías. "El derecho a la propiedad no es dogma de fe y la seguridad jurídica está en cuestión en algunas zonas", dijo, para mencionar Bolivia, donde la petrolera se enfrenta al Gobierno del indígena Evo Morales por los intereses que tiene en aquel país.

MAYOR OPTIMISMO Cisneros fue más optimista al expresar su opinión de que "los populismos tienden a remitir" en la zona. Y planteó que América Latina necesita más "empresarios" para crecer. Azcárraga, por su parte, vio necesario mejorar la competitividad de México y alertó de los "cuellos de botella de los privilegios" en los monopolios públicos y los sindicatos.