"El motivo para residir en España de quienes proceden de países desarrollados es, principalmente, el paso a la jubilación en un clima y con unas condiciones de vida del gusto de sus ciudadanos", afirma el Ministerio de Vivienda. Varios datos lo confirman: los ciudadanos de algunos países que en más del 70% de los casos son propietarios, como ocurre con el Reino Unido, Alemania, Bélgica y Dinamarca, tienen una media superior a los 50 años, frente a los 33 años de todo el colectivo inmigrante de propietarios. Y las tasas de empleo de finlandeses (22,5%), británicos (27%) o alemanes (28,6%) está muy por debajo de la media del conjunto de la población inmigrante, que es del 50%. A 1 de enero del 2006, los extranjeros más numerosos en España eran marroquís (535.000), ecuatorianos (400.000), rumanos (380.000) y británicos (270.000).