La intervención judicial en la sociedad financiera Valora está haciendo tambalear los cimientos del sistema financiero andorrano. A la entidad se le atribuyen pérdidas de unos 15 millones de euros en el 2006 por inversiones realizadas presuntamente sin autorización de los clientes, según el Instituto Nacional Andorrano de Finanzas (INAF).

Los empresarios Jofre Ar jol y Jordi Martí, percibían de la entidad un salario mensual de 3.000 euros, lo que probaría que participaban en su gestión. Según el Registro Mercantil español, Ar jol tiene vínculos con 43 sociedades, muchas de inversión.

La relación del empresario con Valora se habría hecho a través de Fibanc, entidad de la que fue apoderado y copropietaria de la firma durante una etapa. La fiscalía investiga a Martí y a Ar jol, ya que, de demostrarse que eran administradores de hecho de Valora, serían responsables de la situación. La ley andorrana establece que los administradores de hecho son tan responsables como los de derecho (Francesc Xavier Felipó).

Los orígenes de Valora se sitúan a principios de los 90 con la creación de la empresa Rocasa, propiedad de una familia andorrana, que pasó a manos de una entidad bancaria andorrana y otra española, Fibanc. Esta estaba interesada en tener una compañía en el Principado. Fruto de ello nació en 1997 Valora.

Fibanc entró a formar parte del grupo Mediolanum, de la familia Berlusconi, en el 2000, y en el 2005, la firma italiana vendió Valora por 281.000 euros, y fue adquirida por Francesc Xavier Felipó. Un año después saltó la alarma. Al director general del INAF, Carles Salvadó, se le comunicó la situación de la entidad.

El pasado 5 de enero el INAF informó al Ministerio de Finanzas de que la entidad financiera tenía un agujero patrimonial importante. La principal irregularidad detectada por la INAF es que las operaciones no estaban asignadas a ningún cliente, ni por tanto, justificadas.