Cuatro personas perdieron la vida ayer en un accidente laboral en una piscifactoría de la localidad de Illana (Guadalajara), al inhalar gases tóxicos mientras limpiaban una fosa séptica.

Fue una cadena de infortunios que comenzó cerca del mediodía de ayer cuando Antonio del Olmo, de 23 años, hijo del dueño de la piscifactoría de Piszolla, realizaba labores de limpieza en una fosa. De pronto se desvaneció debido a la inhalación de gases tóxicos. En su desesperación, el padre, Francisco del Olmo, de 58 años, acudió en su ayuda, pero no logró conseguir su objetivo y también se desmayó.

Minutos más tarde, José Carlos Hernández, de 36 años y trabajador de la planta, se percató del accidente y, sin saber las consecuencias de su acto, se adentró en la fosa, sufriendo los mismos efectos. Finalmente, su mujer Cristiana Clemente, de 36 años, también se introdujo para intentar el rescate, pero perdió el conocimiento y falleció.

Varios técnicos de la consejería de Trabajo y Empleo y de la Inspección del Trabajo se desplazaron hasta el lugar del suceso para verificar si las medidas de seguridad de la empresa eran las adecuadas.

Con la muerte de estas cuatro personas, se eleva a 33 la cifra de fallecidos desde el año 2000 en fosas sépticas en España.

GASES TÓXICOS En el interior de las fosas sépticas, pozos, colectores de aguas residuales y tanques cerrados pueden acumularse gases pesados que desplazan el oxígeno hacia arriba y, si este es insuficiente, puede causar la muerte por asfixia a quienes estén dentro o por envenenamiento debido a gases tóxicos acumulados. Es el caso de las fosas sépticas con purines y materia orgánica procedente de excrementos de animales, que liberan amoniaco y sulfuro de hidrógeno, nocivos para la salud. La piscifactoría donde ha ocurrido el accidente pertenece al grupo Piszolla S.L., que tiene siete plantas en España, y es uno de los mayores productores europeos de trucha de arco iris.