El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, salió ayer a la palestra pública para afirmar que las condiciones del mercado monetario "han regresado progresivamente a la normalidad", aunque hizo un llamamiento a la calma y reclamó a los inversores que mantengan su "compostura" frente a la volatilidad.

Después de cuatro intensas jornadas consecutivas --incluida la de ayer-- en la que el BCE ha inyectado cerca de 230.000 millones de euros al flujo monetario para intentar evitar un posible colapso de liquidez, Trichet consideró ayer que "esta actitud ha sido bienvenida y efectiva en los días recientes".

No obstante, el presidente del BCE admitió: "Atravesamos un periodo de nerviosismo en los mercados, un periodo en el cual observamos una volatilidad creciente en numerosos mercados y una reapreciación significativa de los riesgos", por lo que pidió calma a los inversores.

VUELTA A LA "NORMALIDAD" El banquero hizo estas declaraciones pocas horas después de que el BCE hubiera inyectado de nuevo en el mercado monetario 25.200 millones de euros más en dos tandas, para evitar el riesgo de la falta de liquidez que amenaza a los mercados financieros por el miedo a la crisis de créditos hipotecarios de riesgo en Estados Unidos.

La primera tanda sorprendió a los inversores, porque poco antes el Banco Central de Japón había hecho lo contrario: retiró de circulación los 3.750 millones de euros que había inyectado el lunes, por considerar que ayer la situación ya se había normalizado y que no era bueno un exceso de liquidez en el mercado.

La segunda inyección del BCE, de 17.500 millones de euros, se enmarcó en la subastas semanales ordinarias que celebra la autoridad monetaria todos los martes y jueves.

"Suministramos la liquidez necesaria para permitir un funcionamiento normal del mercado monetario", explicó Trichet.

Pero la reacción de las bolsas parecía desmentir este mensaje de "normalidad", porque en Europa volvieron a cerrar todas en negativo, con la de París entre las que cayeron más: el 1,63%. La de Londres perdió el 1,21%; la de Fráncfort, el 0,66%; y el Ibex 35 español, el 1,21%.

Entre los valores más afectados por las caídas bursátiles destacaron los del sector bancario, como el alemán Deutsche Bank y los franceses BNP y Societé Generale, en una demostración más de que el efecto de la crisis de las hipotecas basura estadounidenses se deja notar con fuerza en Europa. La cotización del euro también está resultando penalizada. Desde el jueves pasado el euro ha bajado de 1,38 a 1,35 dólares, al cierre de ayer.

BANCOS ALEMANES, A CUBIERTO El presidente del Banco Central Alemán, el Bundesbank, Axel Weber, también difundió ayer un comunicado para respaldar la actuación del BCE y para afirmar que, después de haber consultado con los diferentes bancos germanos, éstos "están cubiertos contra los riesgos en los diferentes sectores afectados y que las pérdidas para las instituciones son limitadas". La entidad alemana IKB ha sido la más duramente golpeada por la tenencia de hipotecas de alto riesgo en sus carteras de valores.

En Japón, el primer banco del mundo en activos, el Mitsubishi UFJ Financial Group, indicó ayer que solo ha tenido una pérdida "limitada" de 5.000 millones de yenes 31 millones de euros a raíz de las hipotecas basura.