La patronal de las cajas de ahorro se ha visto obligada a salir en defensa de sus 45 asociadas ante la oleada de críticas y de rumores sobre su solvencia, auspiciada en las últimas semanas por algunos políticos y medios extranjeros. "Os aseguro que no hay ninguna caja en situación crítica o delicada", sentenció ayer contundente Juan Ramón Quintás, presidente de la confederación CECA.

En una intervención poco habitual, propia de unas acusaciones también insólitas, el líder de la patronal explicó que tiene un pacto tácito con el Banco de España, según el cual el regulador se comprometió a que él mismo sería "el segundo en saber" que una caja pasa por problemas.

La campaña de críticas que sufre la banca española desde hace un par de meses por parte de la prensa anglosajona ha causado indignación en el sector. Pero lo que no esperaban es sufrir también ataques de dirigentes del PP, particularmente Eduardo Zaplana y Miguel Arias Cañete.

Quintás procuró mantener la equidistancia respecto a los partidos, pero no pudo evitar dar muestras de malestar. "Es una barbaridad las intoxicaciones deliberadas que se están produciendo, no sé lo que ocurre, de dónde salen simultáneamente tantas, ni lo que buscan", clamó en la presentación de los resultados anuales de las cajas.

AVAL DEL REGULADOR El Banco de España también salió en defensa del sector financiero. Su director general de supervisión, Javier Aríztegui Yáñez, afirmó que la banca cuenta con una "posición de fortaleza" para superar la actual situación, con lo que "no hay ninguna base para sembrar una inquietud injustificada respecto a la salud del sector".

En las jornadas de la CECA, el responsable de analizar la situación de bancos y cajas alabó su solidez y confirmó que la crisis subprime ha tenido un impacto escaso en los resultados gracias a su correcta política de riesgo. Además, aseguró que la presencia española en las subastas de liquidez del Banco Central Europeo, muy criticada por la prensa inglesa, es "absolutamente normal y razonable, sin que pueda ser utilizada como argumento de una debilidad que no existe".

FUTURO COMPLICADO Quintás, con todo, pintó un panorama poco halagüeño para el futuro y no descartó "algún tropiezo". El alcance de la crisis financiera internacional, advirtió, "es un desmoronamiento, no una broma".

Esta situación ha agravado el impacto del parón inmobiliario: "Lo que iba a ser con certidumbre un aterrizaje suave tal vez no lo sea tanto". Las cajas, que ganaron 11.200 millones en el 2007 (19,2% más), se han dotado de 1.575 millones de euros excepcionales para hacer frente al inevitable alza de la mora.