La regla que aplican los expertos laborales de que en tiempos de bonanza económica, el absentismo suele aumentar se ha cumplido a rajatabla en esta década. El porcentaje medio de horas perdidas pasó del 2,6% en el 2000 al 3,9% en el 2007, lo que supone un incremento del 50%. El descenso previsible durante una crisis, por el miedo a perder el empleo, empieza a reflejarse en las estadísticas con un freno de las ausencias y con una disminución. La desaceleración del absentismo en toda España se plasma en un leve aumento de 31,8 horas de media perdidas en el primer semestre del 2007 a 32,2 en el mismo periodo de este ejercicio, según los datos de la Encuesta de Coyuntura Laboral del Ministerio de Trabajo. En los seis primeros meses del 2005, cada empleado faltó al trabajo una media de 28,2 horas.

En algunas comunidades y sectores sí hay un descenso real. De las 32,5 horas del primer semestre del 2007 se ha pasado a 32,4 en el periodo de enero a junio del 2008. En relación con el tiempo medio de trabajo, las faltas de asistencia suponen ahora el 3,83% frente al 3,87% de junio del año pasado. En la industria, la cifra pasó del 4,55% de horas perdidas en el segundo trimestre del 2007 al 4,48% en junio.

Entre los efectos de la crisis se encuentra, según Carlos Obeso, responsable del Instituto de Estudios Laborales de Esade, la reducción de ausencias por enfermedades leves por miedo a represalias en un contexto de aumento del desempleo y "un afinamiento de los mecanismos de control" de las empresas.

La mayor parte del absentismo laboral (67,4%) está por debajo de los cinco días de ausencia al año relacionado con indisposiciones leves, necesidades familiares o trámites. Según el barómetro que elaboran Esade y la mutua Egarsat, solo un 20% del absentismo dura entre 5 y 10 días. El 22% de los empleados aseguran que han faltado al trabajo entre 1 y 5 días en un año y solo un 6% declaran que han estado ausentes seis o más jornadas.

El estudio parte de la definición del absentismo en el sentido literal, es decir, cualquier falta de asistencia al trabajo. La duración media de las ausencias oscila entre 7,2 días por enfermedad, 3,5 días por motivos personales y 2,2 días por accidente. Entre los motivos personales tienen más incidencia las visitas al médico (22,9%), la conciliación de la vida laboral y personal (21,4%), la asistencia a entierros o el permiso por defunción de familiares y trámites.

La encuesta pone de manifiesto una discordancia entre la importancia que tiene el absentismo para las empresas y la poca atención que le dedican. El 30% de las empresas respondieron que no tienen mecanismos de control ni políticas definidas para reducir las ausencias, y las que sí los tienen prefieren las sanciones en lugar de mejorar el clima laboral. "La gestión del absentismo por parte de las empresas deja mucho que desear", aseguró el profesor.