A tres semanas de la cumbre del G-20 en Londres, las discrepancias entre las grandes potencias sobre las estrategias para relanzar la economía mundial se mantienen. Aunque el discurso oficial es de optimismo y unidad. En esta línea, los ministros de finanzas y los representantes de los bancos centrales de los países más ricos del mundo y de los emergentes, prometieron ayer "tomar todas las medidas necesarias" para sacar al mundo de la actual recesión.

Tal y como se esperaba los representantes del G20 acordaron unánimemente proponer un "aumento significativo" de los recursos del Fondo Monetario Internacional (FMI) que podrían duplicarse o incluso triplicarse. "En la economía mundial hay una sensación de emergencia", señaló el anfitrión del encuentro, el ministro británico de Finanzas Alistair Darling. "Debemos actuar de forma decisiva y global, para relanzar la demanda y el empleo", añadió.

En el comunicado final, tras la reunión preparatoria de la cumbre, en la localidad inglesa de Horsham, los ministros se comprometieron a "realizar el nivel de esfuerzo necesario hasta que el crecimiento sea restaurado".

GASTO PÚBLICO Y REGULACIÓN Pero la declaración no ofrecía las claves para resolver las diferencias entre los países de la Unión Europea, encabezados por Alemania y Francia de un lado y a EEUU y el Reino Unido de otro. Washington y Londres pretenden incrementar el gasto público y los estímulos fiscales para terminar con la recesión. Alemania y Francia, como el resto de países de la UE, se niegan a elevar el endeudamiento y abogan por una mejor regulación.

El presidente estadounidense Barack Obama negó ayer sin embargo la existencia de divisiones en el seno del G-20. La administración americana ha sugerido a otros países planes de relanzamiento que equivaldrían al 2% de su producto interior bruto.

El ministro español de Economía, Pedro Solbes, presente en el encuentro como representante de un país invitado, recordó que España "ya ha dicho que se ha hecho un gran esfuerzo" y condicionó posibles incrementos económicos suplementarios a la eficacia de las medidas adoptadas hasta el momento. "Si se demuestra que esos impulsos tienen un impacto positivo, estamos de acuerdo".

Solbes prefirió no incidir en las discrepancias y valoró positivamente el "grado de consenso" alcanzado en el documento de trabajo aprobado, que es "enormemente útil" para "acercar posiciones entre todos los países".

OPTIMISMO La cita en Horsham coincidió con un encuentro de trabajo en Londres entre la cancillera alemana, Angela Merkel, y el primer ministro británico, Gordon Brown. Ambos se mostraron "muy optimistas" de cara a la cumbre del 2 de Abril. "Debo decir que soy muy positiva, muy optimista ante la perspectiva de lograr un acuerdo con los EEUU y con las economías emergentes como China o India", dijo Merkel. "Debemos conseguir resultados sustanciales", señaló por su parte Brown. "Esa cumbre enviará al mundo una señal positiva sobre nuestra voluntad de sostener el crecimiento", añadió.

Los miembros del G-20 han dado el visto bueno a la propuesta de incrementar los presupuestos del Fondo Monetario Internacional, para que pueda ayudar con más eficacia a los países más afectados por la crisis. Aunque aún están por concretar las cifras y el reparto entre los miembros de la UE, España podría aportar 3.000 millones de dólares para estos nuevos fondos, según Solbes. El acuerdo deberá ser ratificado en abril, por los jefes de Estado y de Gobierno.