La negociación a la desesperada mantenida ayer entre UGT y CCOO en Seat dejó el conflicto laboral donde estaba. Ante la negativa de la dirección de la compañía a aceptar una nueva propuesta conjunta alternativa a la congelación salarial que exige para adjudicar la producción del Audi Q3, el conflicto volvió a la casilla de salida. El referendo de mañana convertirá a los empleados de Seat en árbitros de la mayor fractura sindical de los últimos años a pesar de que hay 1.500 empleos en juego.

El último intento realizado entre UGT y CCOO de consensuar una alternativa a los dos años de congelación salarial que pide Seat chocó contra el muro de la multinacional. La dirección de Seat consideró que la propuesta, que daba un paso más en la recuperación en el 2011 del poder adquisitivo perdido en el 2009 y el 2010, "no alcanza la de UGT, que es la que se acerca más al planteamiento de la empresa", por lo que no se llegó a someter a la consideración de la cúpula de Volkswagen en Alemania, según un portavoz.

DIFERENCIAS La principal diferencia es que la paga en concepto de participación en beneficios de 200 euros en el 2011 --un subterfugio para pagar los atrasos-- que incluye el plan aceptado por VW serviría también para actualizar las tablas salariales a las que se aplicarán futuros incrementos. Con el no de Seat a la propuesta transaccional conjunta de CCOO y UGT, el comité dio el visto bueno a someter a referendo la propuesta de UGT aceptada por VW: congelación en el 2009 y subida de la mitad del IPC real en el 2010 --excepto unos 800 operarios de categorías bajas que sí tendrán aumento en función de la inflación--, y una paga de 200 euros en el 2011.

AUSENCIAS Las ausencias de algunos delegados de CCOO --adscritos al sector crítico-- en el momento de la votación y el abandono de la sala por parte de CGT evitó un escenario todavía peor si la mayoría de esos dos sindicatos hubiera bloqueado o neutralizado el referendo con más de una propuesta. Gálvez justificó el desbloqueo de la consulta asegurando que los delegados de CCOO no son "talibanes" y para "no eternizar más el proceso".

Para Matías Carnero, de UGT, se han hecho "los deberes para que la dirección de VW no tenga ninguna excusa para no adjudicar el Q3 a Martorell". Carnero recibió ayer el apoyo de los máximos dirigentes de su central, encabezados por el secretario general, Cándido Méndez. Después de reunirse con los responsables de UGT en Seat, Méndez afirmó que "los trabajadores tienen que hablar" y destacó que la inversión de 300 millones del Q3 permitirá a Seat "una vinculación más fuerte al grupo".