Ante el riesgo de un despegue de la economía sumergida por la crisis económica, la respuesta es más control. El ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, anunció ayer que su departamento aumentará este año el 30% las inspecciones con el objetivo de frenar un posible auge de esas prácticas ilegales.

Corbacho destacó en Barcelona que las actividades que operan al margen de los circuitos económicos legales no solo reducen los ingresos fiscales del Estado, sino que pueden "provocar que no se tomen las medidas necesarias para la prevención de riesgos laborales". El aumento de los controles se llevará a cabo esencialmente en la agricultura, el comercio y la construcción.

El ministro admitió que "hace falta una reflexión" de cara al futuro sobre el mercado laboral. "Cuando la construcción y la economía estaba en pleno auge, la tasa de paro era en España del 8%, mientras que en el resto de Europa era del 4% o 4,5%", destacó. En todo caso insistió en que no estamos ante una crisis del mercado laboral.

Corbacho recordó que, entre julio y diciembre pasados, el 60% de los puestos de trabajo que se perdieron eran de la construcción y de los 135.000 autónomos que cesaron su actividad en ese periodo, el 80% eran de este ramo. El ministro defendió la formación como instrumento para superar la crisis en este sector y defendió la necesidad de "revalorizar la formación profesional".

TONO OPTIMISTA En su opinión, "de la crisis no saldremos con la misma rapidez con la que entramos". Pero, con tono optimista, afirmó que la economía va "un poco mejor" y así lo avalan las cifras de afiliación a la Seguridad Social de marzo que demuestran que se están "frenando" las fuertes pérdidas de afiliados de los últimos meses.