Caja de Castilla La Mancha (CCM) nació en 1992 como resultado de la fusión de las cajas de Albacete, Cuenca, Ciudad Real y Toledo (la de Guadalajara no se sumó al proceso). Es una caja pequeña, cuyo activo apenas representa el 2% del conjunto de las cajas de ahorros y el 1% del sistema financiero total, pero con grandes pretensiones. En el año 2000 constituyó su corporación industrial, a la que ahora debe buena parte de sus quebraderos de cabeza. Con datos del 2007 (los últimos ofrecidos por la entidad), Corporación CCM había invertido casi 600 millones de euros en 68 empresas, sobre todo en los sectores inmobiliario, de alimentación y de servicios, así como en infraestructuras, incluido el polémico aeropuerto de Ciudad Real.

Es una caja pequeña, pero que tiene más de un millón de clientes, casi 600 oficinas (siete de ellas internacionales) en 20 provincias y ocho comunidades autónomas, y alrededor de 2.300 empleados. En el 2008, el volumen de depósitos de sus clientes superó los 17.000 millones y los créditos concedidos a estos superaron los 18.600 millones.

Según datos de la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA), la entidad obtuvo en el 2008 unos beneficios individuales de 92 millones y 30 millones de beneficios consolidados. En el 2008 destinó 16,5 millones (el triple que el año anterior) a dotar provisiones por posibles insolvencias, que ascienden a 138 millones. Pero la entidad ha tenido que encajar un fuerte deterioro de sus activos financieros. En las cuentas del 2008 se estima en 140 millones las pérdidas por deterioro de activos financieros, de los que 91 millones fueron créditos.

Por todo ello, la caja de ahorros castellano-manchega, que aún no había presentado oficialmente sus cuentas, estaba pensando adelantar al 2008 las dotaciones previstas para el 2009, e incurrir incluso en resultados negativos. Antes de adoptar esta decisión, se ha producido la intervención del Banco de España, cuyos inspectores --según se conoció ayer-- llevaban un tiempo trabajando con los administradores de la caja para resolver sus problemas de liquidez.

La debilidad financiera de Caja Castilla La Mancha en el último año, sobre todo, se ha convertido en argumento de confrontación política del PP frente al PSOE, como se pudo ver en la sesión de control al Gobierno del pasado miércoles. La búsqueda de una operación de fusión por parte de CCM ha sido fuertemente cuestionada por el PP, que ha criticado la falta de transparencia en los datos de la entidad.