El primer banco español hizo ayer un alarde de fortaleza. El Santander ganó 2.096 millones de euros en el primer trimestre, apenas el 5% menos que doce meses antes. Y lo que es aún más relevante: el grupo prevé repetir este año su resultado del pasado ejercicio (8.876 millones, el 2,07% menos que en el 2007), o incluso lograr un "muy pequeño" aumento, a pesar del fuerte deterioro de la economía mundial. "Tenemos una confianza grande en mantener estos resultados", confirmó ayer su consejero delegado, Alfredo Saénz.

El banco se siente tan fuerte que incluso rebajó su perspectiva de crecimiento de la morosidad para el 2009. En enero, adelantó que esperaba cerrar el año con el 4,5%, similar a la que ayer auguró el BBVA para sí mismo. Pero "las cosas no están yendo tan mal". Al cierre de marzo, el grupo presentaba una tasa del 2,49% (2,4% en España), frente al 1,24% de hace doce meses, el 2,04% de diciembre y el 4,18% del sector español en marzo.

Las dotaciones para insolvencias han aumentado el 73,2% y el banco presenta una tasa de cobertura (sus 15.166 millones en provisiones sobre los activos en impago) del 80%. Saénz explicó que, al actual ritmo de consumo de los fondos genéricos en España, el aumento de la morosidad no empezaría a afectar al resultado hasta entrado el 2011.

El Santander, además, está bien capitalizado (7,3% de capital básico, 13,5% de capital regulatorio) y no prevé nuevas ampliaciones tras la del año pasado.

Saénz quiso dejar claro que sus buenas perspectivas no responden a una posible recuperación de la crisis: "En la economía, no vemos ninguna mejora". Se deben, explicó, a su fuerte diversificación geográfica, la contención de costes (7,9% de alza), la buena evolución de sus negocios en el Reino Unido, y las compras que hizo el año pasado en Gran Bretaña y EEUU.

VISTO BUENO Al contrario que sus colegas de la banca, Saénz expresó su "visto bueno" a la hoja de ruta que ultiman el Banco de España y el Gobierno para abordar la reordenación del sector. El supervisor, argumentó, va a gestionar el proceso, con lo que se evitarán "injerencias políticas exageradas". Además, no se darán ayudas "indiscriminadas" y se obligará a las entidades rescatadas a reestructurarse.

Frente a la patronal bancaria AEB, el ejecutivo no se mostró contrario a la creación de un nuevo fondo. Los fondos de garantía de depósitos, a su juicio, son suficientes, pero "parece que por razones técnicos-legales adolecen de algunas restricciones". Saénz, eso sí, marcó distancias con las cajas y las "murallas chinas" que las diferencian de los bancos: "Los potenciales casos van a ser de un sector más que de otro". No pidió, con todo, su privatización, pues las diferencias "son parte del paisaje".