El futuro de Opel es cada vez más incierto. Las negociaciones sobre la venta de la marca alemana no llegan a ningún acuerdo definitivo, y la situación puede complicarse aún más si, como avanzó The Wall Street Journal, General Motors (GM) estudiara quedarse finalmente con su filial. Fuentes del Gobierno alemán afirmaron, al término de una reunión con GM ayer en Berlín, que las negociaciones se prolongarán al menos hasta las elecciones generales del 27 de septiembre.

Sobre la mesa de GM se encuentran dos ofertas de adquisición de su antiguo negocio europeo, la del fabricante de componentes austriaco-canadiense Magna, preferida por Alemania (país que concentra 25.000 de los 52.000 empleados de Opel), y la del inversor belga RHJI, favorita de GM. Fuentes de la empresa de Detroit subrayaron que, aunque la intención sigue siendo la venta de Opel, también se estudian alternativas a la venta, como un plan para quedarse con el negocio europeo que requeriría 3.000 millones de euros.

La incertidumbre sobre el futuro de Opel afecta también a la planta de Figueruelas (Zaragoza), donde trabajan 7.000 personas. El Gobierno español no descartó que GM opte por renunciar a la venta o incluso por la suspensión de pagos de su filial europea.