El Ministerio de Trabajo ha planteado a los sindicatos aplicar la moderación también al salario mínimo interprofesional (SMI), para el que baraja una subida del 1% en el 2010 que dejaría el suelo de las remuneraciones en España en 630 euros mensuales. Los planes del Gobierno han sembrado la discordia con CCOO y UGT, que reclaman un aumento del 8% para conseguir el cumplimiento del compromiso de José Luis Rodríguez Zapatero de acabar la actual legislatura con un SMI de 800 euros.

Después de revalorizarse el 4% este año, que dejó el SMI en 624 euros a pesar de la profunda crisis, el Ejecutivo argumenta ahora que las restricciones presupuestarias limitan el margen de subida. Los responsables de acción sindical de los dos sindicatos han enviado una carta al ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, en la que le advierten de que "la crisis económica no puede servir como excusa para desistir en el objetivo comprometido por el presidente del Gobierno en su discurso de investidura".

Los sindicatos ven muy difícil aplicar en dos años, el 2011 y el 2012, un incremento del 28% para alcanzar el objetivo de 800 euros, por lo que reclaman un mayor esfuerzo en el 2010. Para convencer a Corbacho y a la ministra de Economía, Elena Salgado, las centrales destacaron que el gasto derivado de la actualización del SMI en el 2010 es "perfectamente compatible" con las políticas de gasto destinadas a la creación de empleo, y recordaron la pérdida de peso al pasar de ser una referencia salarial para el 3,7% de los empleados a solo el 1,8%. Además, avisaron de que una subida de solo el 1% iría en contra de la cohesión social.

Sin embargo, el aumento del SMI también ayudaría a los sindicatos en su estrategia de aplicar incrementos adicionales a los sueldos más bajos, con el objetivo de que alcancen los 1.000 euros mensuales. Fuentes del Ministerio de Trabajo mostraron la voluntad de seguir negociando en busca del consenso.