Hasta dentro de tres años Opel no empezará a dar beneficios, según su matriz, General Motors (GM). Nick Reilly, consejero delegado de GM Europa, afirma, en una entrevista publicada ayer en Financial Times, que "el 2010 será otro año difícil debido al mercado" y que en el 2011 la empresa podría alcanzar un punto en el que ni gane ni pierda. "En el 2012, a medida que el mercado se recupere, podemos comenzar a ganar algún dinero decente", añade el directivo, en referencia a Opel y Vauxhall. La previsión de ventas para el 2010 en Europa Occidental es de 13,5 millones de coches.

Reilly afirma que la reestructuración no tiene por qué ser "brutal", aunque algunas decisiones "serán duras y afectarán a gente". La reorganización implica reducción de costes, dice el máximo responsable de GM Europa, pero manteniendo la inversión en el producto. "El 80% de nuestros productos será nuevo dentro de tres años", destacó.

La planta de Opel en Figueruelas (Zaragoza) es una de las afectadas por la reestructuración. La fábrica, paralizada por las vacaciones navideñas y por los paros del expediente de regulación de empleo, empezará a producir el modelo Meriva la semana próxima. El consejero de Industria de Aragón, Arturo Aliaga, dijo ayer que esta producción es "muy positiva" y aporta "esperanza".