"Tengo que salir de aquí", decía la pasajera en pleno sofoco. Le atendió la azafata, a la que un pasajero le pidió el relevo enseguida: "Déjeme a mí". Pasó del cachetito al guantazo. Seguían la monja, el boxeador, el bateador, el destripador... Es una de las escenas memorables de Aterriza como puedas, que ayer debió acudir a la mente de más de un inversor cuando corrió la voz de que la empresa de calificación Fitch desaconsejaba operaciones de apoyo a Grecia similares a las que se adoptaron en el 2009 para los bancos europeos que tenían créditos en países del Este de Europa (técnicamente, Iniciativa de Viena, por la ciudad donde se tomó el acuerdo). Fitch, por tanto, apareció en la cola de la que ya formaron parte en días anterior Standard & Poors, Moody´s y grandes bancos.

El aviso de Fitch tiene su importancia por tratarse de una agencia francesa de calificación propiedad de un grupo inversor (Fimalac) y el histórico grupo editor norteamericano Hearst. Con este anuncio, los bonos de deuda griega e irlandesa se dispararon. Y por contagio del tipo bostezo (solo el primero sabe si tiene hambre, sueño, o se aburre) también alcanzó al bono español, que batió récord.

Cuando se inició el sofoco, la bolsa española estaba con pérdidas moderadas. Incluso un poco de agua reconfortante, como el aumento de la producción industrial en Europa o de las hipotecas en EEUU, tuvieron poco efecto. Todo se lo llevó la primera sacudida, los desacuerdos de los ministros del Eurogrupo, la huelga en Grecia y algunos malos datos de las economías europeas. Ningún consuelo en la estabilidad del cambio euro/dólar o la caída del petróleo. Faltaba el mazazo de Fitch. El Ibex cerraba, así, con una caída del 1,97%, recostándose en los 9.930 puntos. Los optimistas decían ayer que ese apoyo era más seguro que los 10.000 del día anterior.

No había que esperar mucho para ver que en Wall Street también llegarían los ecos de los batacazos europeos. Solamente faltó que se añadiera un mal dato de inflación y de ventas de mayoristas norteamericanos. El Dow Jones retrocedía casi un punto (-0,89%) a media sesión.

Todos los grandes valores bajaron: el Santander, el 3,04%, la segunda mayor caída del Ibex, tras Sacyr, que cayó el 3,35%; BBVA perdió el 3%; Iberdrola, el 2,31%; y Repsol y Telefónica, el 1,96%. Solo tres compañías concluyeron con ganancias, que lideró Gas Natural (+3,45%) al acabar el pleito que mantenía con la argelina Sonatrach por los precios del gas. IAG, la antigua Iberia, avanzó el 0,68%. Un valor que aterrizó mejor que la película.