El giro "dramático" que ha tomado la crisis de Grecia en las últimas 24 horas --en expresión de un alto cargo del Fondo Monetario Internacional (FMI)-- y la frustración que proporciona ver a los líderes europeos incapaces de embridar la primera amenaza inminente de quiebra en la Unión Europea (UE) sacudieron ayer al euro y, de paso a la deuda pública española.

Al final del día se conoció un acuerdo entre el FMI y la UE para desbloquear, de forma urgente, los 12.000 millones de euros que precisa Grecia para atender sus compromisos del próximo julio. El acuerdo tapona la sangría, pero la herida sigue abierta, con amenaza de gangrena.

La prima de riesgo de la deuda española (el sobreprecio que debe pagar España en sus bonos a 10 años en relación a la deuda alemana, considerada la más segura de todas) escaló ayer hasta los 2,82 puntos porcentuales. Marcó así el nivel más alto del año y se acercó al récord desde la creación de la zona euro, de 2,89 puntos, alcanzado el 30 de noviembre pasado, cuando se anunció el rescate de Irlanda.

Pese a todo, el Tesoro español logró colocar con relativo éxito 1.513 millones de euros en obligaciones a 15 años y otros 1.326,35 millones en títulos a 8 años a tipos de interés, en ambos casos, solo un poco más elevados que en anteriores emisiones.

España atraviesa la nueva fase de Grecia con la respiración contenida. Aunque los mercados perciben a la economía española como muy diferente de la griega --y por eso consigue colocar su deuda--, España es uno de los principales focos de contagio de la crisis que llega desde el otro lado del Mediterráneo.

"Me preocupa que la situación ha cambiado dramáticamente en las últimas 24 horas", afirmó ayer Zhu Min, un asesor especial del director gerente del FMI.

El giro dramático tiene que ver con la incapacidad del Gobierno del socialista Yorgos Papandreu de conseguir un acuerdo con los partidos de la oposición respecto a los nuevos recortes y sacrificios presupuestarios, con la huelga general de los trabajadores griegos y con la formación de un nuevo equipo ministerial heleno. Al cierre de esta edición aún se desconocían los cambios de ministros propuestos por Papandreu y si el titular de Economía, Papaconstantinu, será sustituido por el exvicepresidente del BCE Lucas Papademo, como se especulaba.

FALTA DE ACUERDO EN LA UE Pero sobre todo, el giro "dramático" procede de la incapacidad manifiesta de los líderes europeos para ponerse de acuerdo sobre el nuevo paquete de ayudas que precisa Grecia si se quiere evitar la primera quiebra en la breve historia del euro.

La crisis política en Grecia y en la Unión Europea alcanzó ayer tal magnitud que provocó una lluvia de llamamientos desesperados a la unidad. "Lo que más necesitamos ahora es unidad. Hay que salir de las querellas nacionales para recuperar el sentido de nuestro destino común", afirmó el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy. "Sin el euro no hay Europa, y sin Europa no hay paz ni prosperidad", añadió el dirigente francés.

"Hay demasiado en juego", afirmó el presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy en la red social Twitter. Van Rompuy apeló a los griegos a dejar a un lado los partidismos.

Ya por la mañana, el comisario europeo de Economía, Olli Rehn, publicó una sorprendente declaración que no dejaba lugar a dudas sobre la gravedad de la situación, y en la que hacía un llamamiento a la responsabilidad de los ministros de Finanzas