La Comisión Europea (CE) ha propuesto hoy la modificación de la normativa sobre los productos dietéticos y los específicos para bebés, celíacos, diabéticos u otras necesidades nutricionales particulares, con vistas a mejorar la información a los consumidores y aumentar su protección. Las nuevas reglas sustituirían a directiva vigente sobre alimentos dietéticos, cuya aplicación "difiere mucho entre los estados miembros" y genera "distorsiones" en el mercado europeo, según ha afirmado el Ejecutivo comunitario en un comunicado. La CE propone que productos como las barras adelgazantes, los complementos de proteínas o los alimentos sin lactosa pasen a ser cubiertos por la legislación comunitaria ya existente sobre nutrición y seguridad alimentaria. De este modo "se informaría mejor a los consumidores europeos y se lograría una legislación más clara", ha explicado en rueda de prensa el portavoz de Sanidad de la CE, Frederic Vincent. La propuesta legislativa, además, "refuerza las disposiciones" sobre alimentos destinados a grupos vulnerables que necesitan protección particular, y en especial, de los niños de hasta tres años de edad, de las personas mayores y de aquellas con condiciones médicas como desórdenes del metabolismo o enfermedades graves. Para ello, se mantendrían las reglas ya existentes sobre el etiquetado y la composición de los productos especializados o con fines médicos, y como novedad se crearía una única lista de las sustancias y aditivos para estos productos y que tendrán que ser mencionados en el envase, ha señalado Vincent. Este nuevo enfoque permitiría que los consumidores "puedan comparar los productos más fácilmente", así como que en los Veintisiete "se apliquen los mismos estándares altos de protección y de información de los ciudadanos", según ha subrayado el comisario europeo de Sanidad y Consumo, John Dalli. El comisario ha señalado la necesidad de "abolir las reglas generales sobre productos dietéticos que se han convertido en confusas", y ha añadido que esta medida favorecerá "el acceso al mercado de las pymes" (pequeñas y medianas empresas) y promoverá la innovación. La propuesta, que para salir adelante deberá contar con el visto bueno del Parlamento Europeo y de los estados miembros, incluye un período de transición de dos años para permitir la adaptación de los productos a los nuevos requerimientos de etiquetado.