La agencia de calificación crediticia Fitch revisó ayer a la baja la perspectiva de Telefónica y de su filial europea O2 a "negativa" desde "estable", debido al efecto que en sus cuentas puede tener una economía doméstica "débil", como la española, y la posible desaceleración de los mercados europeos. Un recorte de las perspectivas viene a ser un aviso sobre un posible descenso de su calificación crediticia, y su consecuencia inmediata es el posible encarecimiento de la financiación que Telefónica tenga que pedir prestada a los mercados.