Reducir los plazos de negociación de un nuevo convenio y, por tanto, de la prórroga del antiguo --la ultractividad-- y reafirmar la prevalencia de los convenios de ámbito autonómico sobre los estatales fueron los dos temas capitales para que CiU y PNV se abstuvieran ayer en la convalidación del decreto de negociación colectiva por el pleno del Congreso. Dejando así al PP, junto a ERC e IU-ICV, en el frente del no (159 votos), el Gobierno superó el primer asalto con los votos de sus diputados (169) y se aseguró una estabilidad temporal, hasta septiembre, ante los sectores que le piden más reformas y adelantar las elecciones. Los pactos no salen gratis, pero el verdadero contenido de este se verá cuando se debatan las enmiendas parciales y la ley se apruebe en septiembre.

Ayer CiU dijo que, a cambio de su abstención, el Gobierno se ha comprometido a reducir los plazos de negociación de los convenios que el decreto fija entre 8 y 14 meses, tras los cuales, si no hay acuerdo, las partes se someterán a un arbitraje. La supresión de estos plazos y, por tanto, de la ultractividad, fue una de las propuestas de la CEOE en los meses de negociación con los sindicatos.

Más dudas hay sobre si la ley incluirá el preacuerdo sobre absentismo al que llegaron CEOE, CCOO y UGT, ya que apenas tiene relación con la negociación colectiva. También se discutirá si se amplía la bolsa de horas que tendrá el empresario para flexibilizar la jornada laboral. El dirigente de UGT Toni Ferrer criticó el "empeoramiento" de un texto cada vez más "desequilibrado" por las concesiones a la "derecha nacionalista".

Al PNV, como dijo su portavoz Josu Erkoreka, nunca le había sido tan fácil arrancar logros al Gobierno. Para asegurarse su abstención, se limarán las referencias que pudieran interpretarse como preeminencia de los convenios estatales sobre los autonómicos.