La discusión en el seno de la Autoridad Bancaria Europea (EBA, en sus siglas inglesas) sobre los criterios que deben prevalecer para determinar la solvencia de las entidades financieras en los próximos tests de estrés no está cerrada aún. Pero si el organismo europeo se niega a contabilizar como core capital (valor que mide la salud de una entidad financiera) las provisiones genéricas de la banca española, el Banco de España podría reducir el número de entidades que publican los resultados de las pruebas de esfuerzo, que se darán a conocer la segunda semana de julio, según fuentes financieras.

El sector bancario español, principalmente las cajas de ahorros que tienen que acudir al FROB para cumplir los criterios de solvencias fijados por el Gobierno, está particularmente molesto por el hecho de que la EBA no quiere tener en cuenta el modelo de provisiones impuesto por el Banco de España, porque no se aplica en otros países europeos. Así, los 5.000 millones de euros que las cajas tienen en provisiones genéricas no pueden contabilizarse como recursos propios, pero tampoco las provisiones para cubrir el riesgo subestándar ni las destinadas a cubrir la pérdida esperada.

"Si lo que quieren es que alguna caja no pase la prueba, que hagan lo que quieran, pero no pueden decir que esas provisiones no son capital", comentó un directivo de una caja catalana. De hecho, en esas condiciones, varias cajas españolas no podrán alcanzar el 5% del core capital, que es la solvencia mínima fijada por la EBA para aprobar las pruebas de resistencia.

DISCUSIÓN Fuentes financieras explican que la discusión sobre los criterios en el seno de la EBA no ha terminado aún. Esta es una de las razones por las que las pruebas no se han dado a conocer a finales de junio, como estaba previsto en el calendario inicial. Los representantes del Banco de España en la EBA presionan para que se amplíe el criterio de capital básico, de lo contrario se plantean reducir el número de cajas que darán a conocer los resultados del examen, al contrario de lo que ocurrió en las pruebas del 2010, en las que el 90% del sistema financiero español dio a conocer su situación, mientras que el resto de países incluyeron una muestra mucho más limitada.