La vicepresidenta segunda del Gobierno, Elena Salgado, se mostró hoy "preocupada" por la tensión que afecta a la cotización de la deuda soberana española, aunque aventuró que va a continuar "seguramente" sólo hasta mañana, cuando está previsto que el parlamento griego apruebe los recortes para recibir la ayuda europea. "Por supuesto que me preocupa" la subida de la prima de riesgo española, dijo Salgado durante una entrevista en el programa "Los desayunos" de TVE, después de que el diferencial entre los bonos de España y Alemania se ensanchara esta mañana hasta los 293 puntos básicos, cerca de sus máximos desde la creación de la moneda única europea. La vicepresidenta segunda y ministra de Economía admitió que "depende de la tensión del mercado que eso no sea permanente", aunque matizó la importancia temporal que podría tener el repunte al señalar que "seguramente hasta que no se conozca la aprobación del parlamento griego, la incertidumbre va a estar ahí, lo que sólo es día y medio". Salgado reconoció que España e Italia son los países "que más están sufriendo" los envites de los inversores en deuda pública pero insistió en que, pese a los últimos repuntes de la prima de riesgo, "España se financia muy bien y no va a tener problema en colocar emisiones" de deuda pública, por lo que "no va a estar en el límite del rescate". Salgado también señaló que lo importante es que las emisiones tengan demanda suficiente, lo que se da en el caso español, en el que "cada vez que solicitamos dinero, muchos inversores están dispuestos a prestarnos". Asimismo, recordó que el coste de financiación del Estado es la mitad que en 1994 y permanece "entre los mas bajaos de la Unión Europea". La prima de riesgo, que es el diferencial entre la rentabilidad que ofrecen los bonos españoles a 10 años y sus homólogos alemanes (considerados los más seguros de Europa), continuó hoy su escalada alcista hasta llegar poco después de las 10.00 horas a 293 puntos básicos, aunque posteriormente se relajó y pasó a moverse en 288 puntos básicos. Preguntada por las agencias de calificación de riesgos, la vicepresidenta segunda del Gobierno reconoció que "las necesitamos porque si tenemos que pedir prestado dinero los que nos prestan quieren una valoración independiente" sobre la solvencia. También admitió que "no es fácil" crear un organismo independiente que haga las mismas funciones que Moody's, Standard & Poor's y Fitch. Por ello, abogó por impulsar una regulación para que las agencias de ratings no tengan conflictos de intereses y tomar medidas para recuperar la economía y hacerla más sólida.