Convencido de que, para salvar el euro, hay que sacar a Grecia del pozo, Nicolas Sarkozy, ha negociado un acuerdo con los bancos y las compañías de seguros francesas para que estos participen en el rescate del país helénico. El presidente de la República gala confirmó ayer la existencia de este pacto destinado a implicar al sector privado y mostró su confianza en que será adoptado por el conjunto de la Unión Europea (UE).

Como adelantaba el diario francés Le Figaro, Sarkozy propone que los bancos privados que tienen en su poder deuda griega refinancien el 70% cuando esta llegue a su vencimiento. La mayoría de la deuda (el 50%) sería refinanciada a través de nuevos créditos a 30 años con los mismos tipos de interés que los préstamos de ayuda europeos, más una prima ligada al crecimiento de la economía griega. El resto (20%) sería invertido en títulos de calidad potencialmente indexados a obligaciones del Fondo de Estabilidad Europeo.

EN DEFENSA DEL EURO "La idea es que no dejaremos caer a Grecia y que defenderemos el euro, lo que es bueno para todos nosotros", declaró Sarkozy en rueda de prensa. Su plan se conoció mientras los responsables de la eurozona y de los principales bancos de la región se reunían en la ciudad de Roma para tratar la implicación del sector privado en el segundo rescate de Grecia, estimado en unos 100.000 millones de euros.

La UE quiere que la banca privada aporte al menos 25.000 millones de euros del nuevo plan de ayuda a Grecia para aligerar la carga de los contribuyentes, según manifestó el ministro de Finanzas belga, Didier Reynders.

Después de pactar con Angela Merkel que la implicación de las entidades fuera voluntaria, y no obligatoria, como planteaba la cancillera alemana, Sarkozy ha querido ser el primero en alcanzar un acuerdo con los bancos y demostrar que no hacía falta poner la pistola en el pecho para obtener una respuesta positiva.

A menos de un año de las elecciones presidenciales, el jefe del Estado francés --el presidente del G-20 y el G-8-- quiere mantener un papel preponderante en la escena internacional. Aunque la fórmula no ha sido elaborada en el Ministerio de Economía, sino en los despachos del BNP, una de las principales entidades financieras francesas, Sarkozy piensa rentabilizar la propuesta.