La policía griega ha dispersado con gases lacrimógenos a los miles de manifestantes que se habían congregado para protestar contra el nuevo paquete de ajuste y privatizaciones sometido hoy al voto del Parlamento y del que depende que el país heleno siga recibiendo ayuda externa para evitar la bancarrota. Poco antes de empezar la votación, esperada para este mediodía, la policía consiguió que la mayor parte de los manifestantes abandonara la plaza de Sintagma, situada frente al Parlamento, según pudo constatar Efe, después de ver cómo esta mañana el número de personas había aumentado minuto a minuto. Muchos griegos acudieron hoy a las protestas con pañuelos, gafas o máscaras para protegerse de los gases lacrimógenos de la policía. "No estamos en deuda con nadie, no vendemos y no pagamos", es uno de los eslóganes más escuchados. "No es una juventud indignada la de Grecia. Es una juventud rabiosa. Nos destruyeron nuestro presente y nuestro futuro. Están vendiendo a mi país. Aquí va a pasar lo mismo que en Argentina. El futuro en Grecia tiene color negro", contó a Efe Artemis Moscholia, empleada de 28 años. El centro de la capital presenta un aspecto de devastación, ya que los servicios municipales de limpieza, en huelga, no han recogido los destrozos causados ayer en los enfrentamientos entre grupos radicales y la Policía. Miles de policías se han apostado en los alrededores del Parlamento para proteger el edificio. "Uno y dos..., nuestra suerte nadie nos la va a decir... Uno y dos, la suerte del sol la vamos a decir nosotros...", recitaba las palabras del poeta griego Odiseas Elitis una mujer de 52 años. "Mi patria vive unos de sus momentos mas críticos después de la dictadura de los coroneles. Aprobación del plan, y nosotros seguiremos en esta plaza (...) porque el gobierno no tiene mucho tiempo a su disposición. Muy pronto será el pueblo el que va a elegir la democracia", dijo a Efe Eleni Minakaki, de 58 años. "Treinta seis días de nuestra presencia aquí, en esta plaza hemos logrado mucho" comentó por su parte Cristos Kapatanos, de 47 años. "Hemos logrado que la gente no tenga más miedo. La plaza provoca miedo. Hay violencia física aquí... Pero ahora la gente no teme a nada", añadió.