La Unión Europea (UE) advirtió ayer con toda crudeza a Grecia de que irá a la quiebra si el Parlamento nacional no aprueba el duro plan de ajustes, reformas y privatizaciones impuesto por sus socios europeos y por el Fondo Monetario Internacional (FMI) para el periodo 2011-2015.

"No hay alternativa. No hay ningún plan B para evitar la suspensión de pagos", señaló el comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, ante el riesgo de que el Gobierno heleno no consiga suficientes votos favorables hoy en el Parlamento nacional a causa de los diputados críticos dentro de las propias filas socialistas y la negativa de la oposición conservadora de respaldar el proyecto.

"La única forma de evitar la inmediata suspensión de pagos --subrayó Rehn-- es que el Parlamento apruebe el programa económico revisado". Ese plan incluye unos ajustes de 28.400 millones de euros para el periodo 2011-2015, de los cuales 6.400 millones deberán aplicarse este año. Y establece un programa de privatizaciones por un valor mínimo de 50.000 millones.

LA AYUDA, EN EL AIRE La Comisión Europea reiteró la amenaza de que si no se aprueba ese plan de ajuste, no se autorizará la entrega del nuevo tramo de préstamos de la UE y del FMI por valor de 12.000 millones en julio y sin el cual Grecia no podrá afrontar sus obligaciones financieras ni los gastos corrientes del Estado este verano y se verá abocada a la suspensión de pagos.

Asimismo, sin la aprobación del plan de ajuste no habrá nuevo paquete de rescate para mantener a Grecia a flote hasta el 2014 y cuyo importe el primer ministro griego, Yorgos Papandreu, estimó en unos 110.000 millones de euros.

"La UE continúa estando preparada para ayudar a Grecia. Pero Europa solo puede ayudar a Grecia si Grecia se ayuda a sí misma", señaló el comisario. Los políticos griegos deben ser plenamente conscientes de que "la responsabilidad de evitar la quiebra del país recae sobre sus hombros", añadió Rehn.

A pesar de la dureza de las medidas de ajuste y los sacrificios que impone a la población, Rehn destacó que "supone de lejos una alternativa mucho mejor que la suspensión de pagos".

DRAMATISMO El presidente de la UE, Herman van Rompuy, se sumó a la advertencia en un tono especialmente dramático, al afirmar que "las próximas horas serán decisivas, capitales, no solo para el pueblo griego, sino también para la zona euro e incluso para la estabilidad de la economía mundial".

En el mismo tono alarmista, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, aseguró que "no hay milagros", y que la única alternativa a las "reformas dolorosas" es una "auténtica catástrofe". El comisario de Competencia, Joaquín Almunia, añadió que la crisis griega "amenaza con desestabilizar a otros países y con dañar las perspectivas de crecimiento en Europa y más allá".