La Unión Europea (UE) ha respirado aliviada tras el primer voto de respaldo del Parlamento griego al duro plan de ajuste exigido como contrapartida a la continuación de las ayudas financieras europeas y del Fondo Monetario Internacional (FMI), porque aleja el riesgo de la suspensión de pagos inminente del país. Pero la UE aún está pendiente de la segunda votación crucial que debe producirse mañana jueves para la aprobación de las medidas concretas de aplicación del plan, que supondrá un ajuste presupuestario de 28.400 millones de euros en el periodo 2011-2015 y unas privatizaciones de empresas públicas por un valor mínimo de 50.000 millones. Por ello, el presidente de la UE, Herman van Rompuy, y el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, han pedido al Parlamento griego "un segundo voto positivo" sobre las medidas de aplicación concretas del plan. Ambos dirigentes han recordado que el desbloqueo de los préstamos de 12.000 millones previstos para julio para evitar la suspensión inmediata de pagos de Grecia y el segundo plan de rescate para mantener financieramente a flote el país hasta el 2014 está supeditado a ese segundo voto positivo. El respaldo obtenido de 155 votos a favor, 138 en contra y 5 abstenciones deja un margen confortable al Gobierno para asegurarse mañana un nuevo voto positivo, según estiman fuentes comunitarias. "Ha sido un voto de responsabilidad nacional", han destacado Van Rompuy y Barroso. Grecia ha dado "un paso importante hacia delante" a favor del saneamiento de las cuentas públicas y de un futuro crecimiento económico y se ha alejado del riesgo de quiebra, han subrayado ambos dirigentes. Los ministros de Economía y Finanzas de la zona euro mantendrán el próximo domingo 3 de julio una reunión extraordinaria para desbloquear el préstamo inmediato de 12.000 millones y continuar la preparación del segundo plan de rescate de Grecia, en el que participarán también los bancos e inversores privados. Este segundo plan podría ascender a unos 110.000 millones, según indicó el primer ministro griego, Georgios Papandreu.