El Gobierno italiano empezó a estudiar ayer un plan de austeridad por valor de 45.000 millones en tres años, que comienza con medidas de poca monta para aplicar este año, y que aplaza las más duras al 2013 y al 2014, cuando ya haya habido elecciones generales.

Entre las medidas, figuran la creación de una tasa del 0,15%, que se aplicaría sobre todas las transacciones financieras, otra del 35% que se aplicará sobre las actividades comerciales de los bancos y una reducción progresiva de las cuotas fiscales.

La lista de medidas incluye una aceleración del aumento de la edad de jubilación de las mujeres en el sector privado, el establecimiento del pago de una tasa por el uso de los servicios de urgencias sin motivo (código blanco) y el control médico ya en el primer día de ausencia laboral por enfermedad. En el 2013, las regiones, las diputaciones y los municipios contribuirán a las medidas con recortes evaluados en 3.200 millones de euros, que subirán a 6.500 millones en el año 2014.