El choque entre París y Berlín sobre cómo resolver definitivamente la crisis griega y sobre cómo multiplicar la capacidad de actuación del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera impide a los países de la zona euro pactar un plan global para superar la actual crisis de la deuda pública europea. La parálisis política y la falta de liderazgo que está mostrando la eurozona, así como su dificultad para llegar a un acuerdo, con la convocatoria de cumbres sucesivas, "está dando una imagen desastrosa", reconoció el presidente del Eurogrupo y primer ministro luxemburgués, Jean-Claude Juncker.

El presidente de la Unión Europea (UE), Herman Van Rompuy, convocó ayer formalmente una segunda cumbre de la zona euro para el próximo miércoles por la noche ante la constatación que no habrá acuerdo en la cumbre del domingo, que aún ni siquiera ha comenzado.

AYUDA A GRECIA Los ministros de Economía y Finanzas de la zona euro solo fueron capaces anoche de aprobar la entrega prevista del nuevo préstamo conjunto de la UE y del Fondo Monetario Internacional (FMI) de 8.000 millones de euros a Grecia, lo que permitirá al país evitar la quiebra durante tres meses más.

Una vez ratificado por el Parlamento griego el nuevo paquete adicional de medidas de ajuste en medio de violentas protestas callejeras, los ministros europeos acordaron que el desembolso de la nueva ayuda financiera se produzca durante la primera mitad de noviembre. El Eurogrupo reclamó de nuevo al Gobierno griego que acelere la aplicación de las reformas económicas y del programa de privatizaciones, que están muy retrasados.

El Eurogrupo comenzó también a discutir anoche sobre el incremento de la contribución de la banca y los inversores privados al segundo plan de rescate de Grecia sin llegar a ningún acuerdo. El informe conjunto de la UE y el FMI sobre Grecia entregado a los ministros señala que es necesario que la banca e inversores privados sufran un quebranto del 60% o más en la deuda griega para limitar la aportación de la UE y el FMI al segundo rescate a los 109.000 millones previstos, y para que la deuda helena pueda situarse por debajo del 110% del producto interior bruto en el 2020. Sin cambios en el plan, la UE y el FMI deberían aportar una ayuda a Grecia de 252.000 millones de aquí al 2020, precisa el informe.

Alemania, con el respaldo de Austria, Holanda y los países nórdicos, defendió que la banca debía asumir unas pérdidas en su cartera de deuda pública griega muy superiores al 21% aceptado en julio. Berlín defiende que el quebranto de la banca debe ascender como mínimo al 50% para que Grecia pueda salir a flote. La deuda griega supera ya los 350.000 millones y representará el 162% del PIB a final de año.

Francia se opone a un quebranto tan elevado en la banca, que dañaría en especial a las entidades francesas, y argumenta que eso agravaría aún más la crisis de la deuda y colocaría en una situación aún más difícil a España e Italia.

El Eurogrupo tampoco logró ningún progreso sobre cómo multiplicar la capacidad de acción del fondo de rescate para frenar el contagio de la crisis griega a España e Italia.

MERKEL-SARKOZY La cancillera alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, se reunirán hoy por la noche en Bruselas para intentar acercar sus posturas. Pero los ministros reconocieron que no hay margen suficiente para llegar a un consenso en la cumbre de mañana domingo.

A pesar de las presiones de la UE, la vicepresidenta económica, Elena Salgado, aseguró que España no necesita realizar más ajustes presupuestarios. Salgado insistió en que ya se han adoptado las medidas necesarias para asegurar la reducción del déficit público y demostrar su determinación a sanear las cuentas.