No existe la "agenda completa y concreta" sobre las medidas de estímulo de la economía italiana que pedía Bruselas. Después de la jornada maratoniana de ayer, en la que el Gobierno conservador de Silvio Berlusconi se ha situado al borde de la crisis, el primer ministro participará hoy en la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno con una "carta de intenciones" con las reformas que pretende acometer tras llegar a un acuerdo con in extremis con sus socios en el Ejecutivo, la Liga Norte. "Veremos si Europa está de acuerdo", dijo Umberto Bossi, líder de ese partido. No trascendió el contenido de la carta.

La Liga Norte, socio indispensable para la supervivencia del Gobierno, se opone a retocar o a suprimir las pensiones de los trabajadores que ya han cotizado 35 años. Son conocidas como pensiones baby y comprenden el 65% de las que se pagan en el norte, donde está la base electoral del partido. "No se tocan, la gente nos mataría", manifestó ayer Bossi. "Iremos a las barricadas", añadieron varios líderes del partido. Choque final sobre la pensiones, tituló a toda página La Padania, diario de la Liga.

APOYO SINDICAL Bossi no está solo. Los tres principales sindicatos del país (el progresista CGIL y los centristas CISL y UIL) también se oponen. "Decididamente contrarios", dijo Raffaele Bonnanni, secretario de CISL. "Una intimidación", añadió Susanna Camuso, de la CGIL. Según las tres centrales obreras, antes de "meter mano en los bolsillos de los de siempre", el Gobierno debe implantar un impuesto sobre el patrimonio y abaratar los costes de la política, empezando por reducir a la mitad la cifra actual de parlamentarios (630).

"Sustancialmente, estamos todos de acuerdo en que es mejor no recortar las pensiones, pero si no lo hacemos es necesaria alguna otra solución", reconoció Altero Matteoli, ministro de Infraestructuras. Y añadió que "nadie quiere recortarlas, solo aplazar la edad para disfrutarlas".

En los últimos tres días, Bruselas ha enviado a Italia mensajes de confianza para recalcar que está segura de que "el Gobierno italiano hará cuanto ha prometido". La cancillera alemana, Angela Merkel, añadió que "no se puede poner dinero sobre la mesa para ayudar a alguien que no quiere ayudarse a sí mismo". En estas semanas, el Banco Central Europeo ha comprado deuda italiana por valor de 170.000 millones, tras haber informado al Gobierno, en agosto, que lo haría si en 48 horas se comprometía a aprobar unas reformas estructurales que comportasen ahorro y medidas de estímulo al crecimiento económico. Con el 120% sobre el PIB, Italia es el país de la UE con la deuda más alta. "Tenemos que impedir que con Italia se produzca un efecto dominó", subrayaban ayer en Bruselas.

HASTA LOS 67 Según el plan esbozado el lunes por el Gobierno, que se ignora si hoy Berlusconi presentará en la cumbre, la edad de jubilación podría ser ampliada hasta los 67 años con 40 de cotización. La medida no afectaría a los contribuyentes a los que les faltan pocos meses para los 65 años, edad exigida hasta antes del cambio proyectado.

Dicho plan, que Bruselas exigió el domingo que fuera presentado esta tarde, incluye una serie de privatizaciones y varias medidas de pequeño calibre para estimular el crecimiento, como que los empresarios pueden recortar los sueldos si ofrecen jardines de infancia y transportes de empresa y que los aprendices, mujeres y jóvenes que sean contratados no coticen durante tres años.

Los partidos de la oposición, progresistas y del centro, estarían dispuestos a colaborar, pero ponen como condición que Berlusconi abandone el Gobierno. Bossi se mostró "pesimista" sobre el futuro del Ejecutivo.