El anuncio de ETA de abandonar definitivamente la violencia no influyó ayer en la actitud de los primeros etarras juzgados tras hacerse público el comunicado de la banda terrorista. Andoni Otegi, alias Peio, y Oscar Zelarain, alias Iosu. se negaron a participar en la vista en la que tenían que responder por la explosión de un coche bomba en el 2002 frente a un hotel de Fuengirola (Málaga) que hirió a seis personas.

El fiscal Miguel Ángel Carballo, que reclama para cada uno 146 años de cárcel y una indemnización para los seis heridos en el atentado de casi 100.000 euros, se quedó sin respuesta cuando preguntó a Zelarain si era miembro de "la banda criminal y asesina ETA". El acusado le espetó: "No le doy ninguna licitud a este proceso y no voy a participar en él". A su vez, Otegi lanzó acusaciones contra la Audiencia Nacional: "La Audiencia, hasta ahora, está protegiendo la opresión ejecutada en el País Vasco y por eso, como son tiempos en los que esto se tiene que solucionar, no reconozco al tribunal".

EL TESTIMONIO En la vista, que hoy concluirá, declaró una víctima del atentado, que recordó que un fragmento del coche bomba entró "por la ventana" de su casa y que a su hija, que estaba en el baño, "se le cayó el techo encima".

Estos etarras ya fueron condenados a 18 años de cárcel por haber hecho estallar otro coche bomba en Marbella (Málaga), y a 12 más por la colocación de una bomba en los juzgados de Tolosa (Guipúzcoa).