Hasta no hace mucho, la deuda pública estaba considerada como el pilar de la finanzas, el activo sobre el cual construir cualquier proyecto de inversión con el que huir del riesgo. Los recientes acontecimientos en los mercados han venido a demostrar que no hay lugar seguro en el que refugiarse para los inversores. Una idea que probablemente hoy comparte Jon Corzine, exconsejero delegado de Goldman Sachs y exgobernador de Nueva Jersey. Corzine es el responsable de MF Glogal, un broker de Wall Street especializado en productos derivados de deuda pública europea que acaba de declarar la suspensión de pagos.

Su caída no es la de Bear Stearns o Lehman Brothers, pero refrenda una teoría de vasos comunicantes de la que nadie se queda fuera. Lo que pasa en Europa tiene consecuencias en EEUU. Y eso plantea interrogantes sobre cuál es la exposición real de la gran banca estadounidense a la deuda europea.

La de MF Global, con 28.500 millones de euros de deuda, es la octava quiebra más importante del país, y arrastra al sector financiero a la desconfianza. No solo en EEUU, donde el Dow Jones se movió con descensos del 1,5% --Bank of America cedió el 5% y JP Morgan, el 3%--, sino, sobre todo, en los mercados europeos, en los que se registraron mayores caídas. Destacó el batacazo del Ibex 35, que cedió casi el 3%, con el Santander y el BBVA a la cabeza. En el resto de parquets, destacaron las pérdidas de los bancos franceses y alemanes. Deustche Bank, SG, BNP y Credit Agricole registraron descensos de en torno al 8%.