El Reino Unido se negó a contribuir económicamente al reforzamiento del Fondo Monetario Internacional (FMI) con lo que no será posible, de momento, alcanzar la cifra de 200.000 millones de euros que los países de la Unión Europea (UE) tenían previsto aportar al organismo multilateral, tal como se había acordado por parte de los líderes europeos en la cumbre de los pasados 8 y 9 de diciembre. "Londres indicó que definirá su contribución a principios del próximo año en el marco del G-20", asegura el comunicado hecho público al término de la reunión de los ministros de Economía y Finanzas de la zona euro

No obstante, la eurozona --salvo el Reino Unido-- ratificó su compromiso de aportar en forma de préstamos bilaterales 150.000 millones de euros al Fondo Monetario Internacional (FMI) para que éste pueda ayudar mejor a los países en dificultades. "Los ministros confirmaron que, como parte de un esfuerzo internacional más amplio para mejorar la disponibilidad de recursos del FMI, los Estados miembros de la eurozona aportarán recursos adicionales en forma de préstamos bilaterales al fondo", señaló el presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, al término de la teleconferencia que mantuvieron los veintisiete países miembros de la UE. A España le corresponderá una contribución de 14.610 millones de euros (el 7,3% del total).

Quizá como consecuencia de la falta de colaboración interna, el Eurogrupo lanzó un llamamiento al resto del mundo para que participe en el reflotamiento económico del FMI.

CONSECUENCIAS La situación de la zona euro sigue siendo extremadamente delicada. Hace unos días, la agencia Standard & Poor's amenazó la nota de toda la zona euro y el pasado viernes Fitch hizo lo propio con siete países del continente, incluyendo a España y Francia. Precisamente, el presidente del BCE, Mario Draghi, advirtió ayer de las graves consecuencias que tendría la rebaja del país galo. Para el ejecutivo, ese posible recorte no tendría grandes efectos sobre el país, pero sí sobre el fondo temporal de rescate europeo, que podría perder la máxima calificación crediticia, lo que probablemente provocaría otra escalada de la crisis de la deuda. Para evitarlo, Draghi reclamó a los países "acelerar" la puesta en marcha y capitalización del fondo permanente de rescate. Pese a la gravedad de la situación, el presidente del BCE reiteró que no piensa disparar la compra de deuda de los países bajo presión de modo "ni infinito ni eterno".

Los Veintisiete aprobaron formalmente el nombramiento del francés BenoŒt Coeuré como nuevo miembro del comité ejecutivo del Banco Central Europeo (BCE) en sustitución del italiano Lorenzo Bini Smaghi. El mandato de Coeuré será de ocho años y comenzará el 1 de enero de 2012, informó el Consejo Europeo.