Un encuentro en la noche del lunes entre Ignacio Fernández Toxo (CCOO), Cándido Méndez (UGT) y Juan Rosell (CEOE) y una firma de sus segundos en el documento de preacuerdo marcaron ayer el punto de inflexión en el diálogo social con un pacto salarial y de negociación colectiva marcado por la crisis presente y un futuro de recesión. La moderación salarial prevista hasta el año 2014 va acompañada de flexibilidad en las empresas en función de sus resultados, según el documento al que ha tenido acceso este periódico.

El preacuerdo, que será debatido hoy por los máximos órganos de dirección de CCOO y UGT, establece una subida de salarios del 0,5% para el 2012 y del 0,6% para el 2013. Para el 2014 irá entre el 0,6% y el 1,5%, según el alza del PIB en el año anterior.

Este año y el que viene habrá revisión salarial solo si la inflación excede el 2% fijado por el Banco Central Europeo (BCE) y solo en la cuantía que supere ese porcentaje. Si el IPC español fuera superior al de la zona euro, se tomará este último para calcular el exceso. El incremento no se consolidará en las nóminas.

Por primera vez en un acuerdo salarial, el precio del petróleo influirá en la fijación de las retribuciones. Si el precio del barril de Brent en diciembre supera el 10% a la media del diciembre anterior, se descontará de la tasa de variación del IPC el impacto de los carburantes en este índice.

Para compensar el ajuste, sindicatos y patronal consideran que los beneficios que reparten las empresas "deben evolucionar de forma moderada" y dirigir "una mayor parte del excedente empresarial a inversiones de reposición y ampliación". Además, se pide al Gobierno el "máximo esfuerzo de contención" de los precios que le competan.

Aumentan las posibilidades para que una empresa se descuelgue del convenio de ámbito superior. Se defiende la necesidad de mantener los convenios provinciales y se fija en el 10% las horas que el empresario puede distribuir irregularmente.