Por primera vez en 30 años, la balanza comercial de Japón fue negativa. El 2011, los intercambios japoneses se cerraron con un saldo negativo de 25.400 millones de euros.

Las principales causas de este cambio de tendencia fueron el efecto de la fortaleza del yen, que cotiza en el máximo de 11 años frente al euro, a la debilidad de la economía global y a las perturbaciones vinculadas al terremoto del pasado 11 de marzo, incluido el encarecimiento de la factura energética a causa del accidente de la central nuclear de Fukushima.

Las exportaciones japonesas disminuyeron un 2,7% en el pasado 2011, hasta 668.367 millones de euros, mientras que las importaciones aumentaron un 12%, hasta 693.877 millones.