En un gesto inusual, el Banco Central Europeo brindó ayer su apoyo al Gobierno de Mariano Rajoy y le confirió más credibilidad y capacidad que al de José Luis Rodríguez Zapatero. "Tenemos un Gobierno muy competente en el poder", dijo José Manuel González-Páramo, consejero ejecutivo de la institución.

Además de hacer este comentario concreto sobre el caso español, aseguró que los nuevos Ejecutivos del país, de Grecia y de Italia demuestran un "mayor compromiso político" con las medidas para salir de la crisis y son uno de los factores que explican la mejora de la eurozona en los dos últimos meses.

Los altos funcionarios el BCE tienen por costumbre evitar pronunciarse sobre las pugnas políticas nacionales. Pero González-Páramo sonó como posible ministro de Rajoy y ahora es el número uno en las quinielas para sustituir a Miguel Ángel Fernández Ordóñez como gobernador del Banco de España dentro de pocos meses.

Significativamente, el banquero central apoyó la reforma financiera que prepara el Gobierno para sanear los activos inmobiliarios de la banca y provocar más fusiones. En este sentido, apostó porque se dé un plazo suficiente a las entidades para limpiar sus balances (se habla de entre uno y dos años) y por permitirles usar sus reservas, además de su resultado, para financiar el proceso.

El ministro de Economía, Luis de Guindos, afirmó ayer que los 50.000 millones de euros que costará el saneamiento irán a cargo del sector, sin ayudas públicas, lo que da idea de que el Ejecutivo dará algunas de estas facilidades a las entidades. En un acto de la APIE, González-Páramo le exigió presentar la reforma cuanto antes y el Gobierno parece dispuesto a aprobarla el próximo viernes.

DEUDA PÚBLICA Y mientras la deuda española a 10 años cayó por debajo del 5%, hasta el 4,97%, y la prima de riesgo respecto al bono alemán rozó los 310 puntos, Fitch rebajó la nota de solvencia de España, Eslovenia, Italia, Bélgica y Chipre. La agencia rebajó dos peldaños los títulos españoles, de AA- a A y los de Italia y Eslovenia; y en uno los de Bélgica y Chipre. Fitch subrayó el "significativo empeoramiento" de la perspectiva y de más inyecciones de capital al sector financiero.