Una nueva vía de ayudas públicas para la banca está a punto de ver la luz. El Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), controlado por el Gobierno y el Banco de España, estudia dar apoyo a Caja Duero- España para que no fracase su fusión con Unicaja. De confirmarse, será la primera vez que una entidad recibe dinero público para sanearse antes de integrarse con otra, lo que ha levantando una ola de indignación entre sus competidores.

Los consejos de las dos antiguas cajas se reunieron ayer por la tarde para impulsar la operación, que se inició hace casi un año y que en las últimas semanas ha estado a punto de naufragar, lo que hubiera obligado al Estado a intervenir Duero.

La situación se ha salvado porque el FROB va a prestar, según fuentes financieras, cerca de 500 millones de euros a la entidad castellano-leonesa (se habla de entre 460 y 475 millones) en forma de bonos convertibles en acciones. Con esta inyección de capital, podrá sanear sus activos tóxicos para luego traspasarlos, junto a los sanos, al banco de la fusión con la malagueña Unicaja, que será el séptimo por activos (unos 77.000 millones).

LEJOS DE LO EXIGIDO La ayuda está lejos de los casi 1.500 millones que Braulio Medel, presidente de la entidad andaluza, pidió al principio. Pero el Estado estima que tal ayuda hubiera sido mal vista por la Comisión Europea. Sin embargo, en el sector se especula con que Unicaja pueda pedir otros 500 millones.

Duero-España deberá devolver la ayuda --más los 525 millones que recibió cuando se fusionaron las dos cajas que la formaron-- con un interés de entre el 8% y el 10% mediante los dividendos que percibirá por el 30% del banco de la nueva fusión. En el sector, con todo, se duda de que pueda lograrlo, debido a las malas perspectivas de negocio y a que la entidad castellana debe afrontar un saneamiento inmobiliario de 1.140 millones.

Por otra parte, el presidente del BBVA, Francisco González, alabó ayer las medidas "valientes" adoptadas por el Gobierno para salir de la crisis, pero advirtió de que "aún queda mucho por hacer". También confirmó que el banco reducirá 1.300 puestos de trabajo y 300 oficinas tras la compra de Unnim y que se hará "en la medida de lo posible" con fórmulas no traumáticas como prejubilaciones.