La Comisión Europea ha propuesto a los 17 países de la eurozona que aprueben reforzar el Mecanismo de Estabilidad Europeo, el fondo de rescate permanente que entrará en funcionamiento en julio, y dotarlo de una capacidad operativa de 940.000 millones de euros para disipar cualquier veleidad de nuevos ataques especulativos contra la deuda pública europea.

La propuesta será discutida por los ministros de Economía y Finanzas de la zona euro en su próxima reunión el 30 de marzo en Copenhague (Dinamarca). El documento elaborado por el comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, destaca la necesidad de inmunizar a la eurozona contra nuevas tormentas financieras.

Los 940.000 millones, una cifra muy superior a la deuda pública total española, se lograría mediante la suma a los 500.000 millones previstos inicialmente en el Mecanismo de Estabilidad Europeo de los 440.000 millones de recursos operativos del actual fondo de rescate temporal, el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera.

La mayoría de los países de la eurozona están a favor de un reforzamiento sustancial del fondo de rescate permanente para blindar a la divisa europea de los ataques especulativos, ya que el Banco Central Europeo (BCE) no puede comprar deuda pública directamente para calmar los mercados, a diferencia de la Reserva Federal norteamericana, del Banco de Japón o del Banco de Inglaterra.

RESISTENCIA ALEMANA

Alemania se ha resistido hasta ahora a un incremento de los recursos del fondo de rescate, pero se comprometió con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y con sus socios europeos a revisar esta cuestión antes de acabar el mes de marzo. El FMI ha reclamado en varias ocasiones un reforzamiento sustancial del cortafuegos financiero europeo

Como alternativa menos efectiva, la Comisión Europea propone sumar de forma permanente, o al menos temporal, a los recursos del Mecanismo de Estabilidad Europea los 240.000 millones que no están comprometidos del Fondo Europeo de Estabilidad por las ayudas previstas a Grecia, Irlanda y Portugal. Esto podría ampliar la capacidad del cortafuegos europeo hasta los 740.000 millones.