La crisis que se desató en el 2008 con la caída del banco de inversión Lehman Brothers en Estados Unidos cruzó la línea de las finanzas para situarse en el ámbito económico. Todo ello ha engordado el paro y ha empujado a los países a acometer ajustes, recortes y demás políticas restrictivas que han echado a la calle a los ciudadanos.