La decisión del Gobierno de encargar a las consultoras Roland Berger y Oliver Wyman la evaluación de los activos del sistema financiero español ha soliviantado a la banca española, que ve dañino el ninguneo al que el Ejecutivo está sometiendo al organismo regulador, según fuentes financieras consultadas por Europa Press.

Diversas entidades coinciden en que esta decisión de Economía en aras de incrementar la transparencia del sistema financiero y recuperar la confianza de los inversores internacionales no servirá para alcanzar estos objetivos sino que, al contrario, contribuye a desprestigiar el instituto emisor y siembra más dudas sobre los activos de la banca.

El Ministerio de Economía no ha contado con el Banco de España para afrontar los problemas de Bankia que han derivado en la nacionalización de su matriz, decisión a la que el regulador se oponía por considerarla exagerada, ni para el desarrollo del último decreto de saneamiento que incrementa el nivel de provisiones sobre créditos sanos al ladrillo, indicaron desde una entidad cotizada.

En la banca española cunde la impresión de que decisiones adoptadas por el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, han impulsado a Economía a buscar la credibilidad de la banca en el exterior y a menospreciar la labor y profesionalidad de los inspectores del instituto emisor, lo que perjudica al conjunto de las entidades.

"El desprestigio del Banco de España es el del conjunto de la banca y dificulta la capacidad de las entidades de captar financiación en los mercados mayoristas y de reactivar el crédito en España", recalcó un directivo de un banco español. "La credibilidad se labra en muchos años de trabajo pero se pierde enseguida y no se recupera en dos días", agregó.

En su opinión, el departamento de dirige Luis de Guindos "está pecando de precipitación y actúa al dictado de los mercados más que de Bruselas, olvidándose de que éstos son insaciables y siempre van a pedir más", sin importar los últimos esfuerzos acometidos para la cobertura de eventuales pérdidas.

Desde otra entidad apuntan que desde el Banco de España no se han logrado solucionar y acotar en cinco años los problemas que arrastran algunas cajas, y las entidades sanas se han visto obligadas a asumir los costes de los procesos de saneamiento y padecen el contagio de la mala imagen. "Los mercados no distinguen entre entidades, son españolas y punto", indicaron.