Tres bilbaínos llenan un camión cisterna de agua de la ría que atraviesa su ciudad. Lo llevan hasta Madrid y los aparcan junto al Vicente Calderón, el estadio del Atlético de Madrid, donde el próximo viernes el Athletic juega la final de Copa con el Barça. Gracias a un compinche, enchufan el camión al sistema de riego del campo, que se convierte en San Mamés, su estadio.

Es un anuncio que ha creado San Miguel para animar a la afición rojiblanca de cara al desafío de superar a los azulgranas. A sus rivales también les gustaría regar el césped con agua del Mediterráneo para sentirse como en casa. Y yendo más allá, a los inversores y a los países más castigados del euro no les vendría mal irradiar con un líquido milagroso la reunión informal en que los líderes europeos tratarán hoy de adoptar medidas para impulsar el crecimiento.

Las expectativas del mercado son altas, así que más vale que las autoridades continentales no las vuelvan a defraudar. Ayer, la cercanía de la cita y el mensaje de Obama, apoyando que el BCE ayude a rebajar la prima de riesgo de España e Italia, se sumaron a un gran dato de venta de viviendas en Estados Unidos para dar a luz a la mejor jornada bursátil de los últimos días.

El Ibex 35 se elevó el 2,1%, hasta los 6.661,3, mientras que la prima de riesgo se suavizó de los 485 a los 460 puntos básicos. Pero no hay que confiarse, el Tesoro colocó 2.526 millones, algo más de lo previsto, pero con un alto interés. Todos pendientes, una vez más, de Europa.