Por encima de las previsiones. La nacionalización de Bankia va a tener un coste elevado para los contribuyentes: 23.465 millones de euros (3,9 billones de pesetas), unos 497 euros por español. Pese a que el Gobierno del PP ha insistido desde su llegada al poder en que la reestructuración de la banca no se cargará sobre el ciudadano, nada más lejos de la realidad. Ya ha habido otras nacionalizaciones (CatalunyaCaixa, Nova Caixa Galicia y Banco de Valencia), pero ninguna con un coste tan elevado. El consejo de administración aprobó ayer el plan de saneamiento presentado por José Ignacio Goirigolzarri, el nuevo presidente de Bankia en sustitución de Rodrigo Rato, la reformulación de las cuentas, con perdidas de casi 3.000 millones, y la renovación del consejo.

El plan, elaborado con el asesoramiento de Goldman Sachs, deberá ser aprobado posteriormente por el Ministerio de Economía, el Banco de España y las autoridades europeas. Incluye además de la solicitud de ayudas públicas multimillonarias la venta de participaciones industriales del grupo. Antes incluso de conocerse la decisión del consejo, la agencia de calificación Standard & Poor's rebajó a bono basura la calificación de la entidad, además de otras cuatro.

El plan de viabilidad supone una inyección nueva de 19.000 millones de euros, que deberán sumarse a los 4.465 millones de euros que ya inyectó el Estado en concepto de participaciones preferentes suscritas por el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), que estaban aparcadas en la matriz del grupo Banco Financiero y de Ahorros (BFA). Nada más acceder al cargo, Goirigolzarri, comunicó al Banco de España que no podría hacerse cargo de la devolución de ese préstamo, lo que le permite al FROB hacerse con el 45% del capital de Bankia.

Con las nuevas inyecciones de fondos, el Estado tendrá el control absoluto del grupo financiero. El grupo tiene requerimientos de provisiones y capital por valor de 8.745 millones como consecuencia de los decretos aprobados por el gobierno del PP. Pero la revisión de la cartera inmobiliaria ha identificado necesidades adicionales de 4.000 millones más. En total son 12.745 millones a los que hay que sumar 5.500 más de la revisión de la cartera no inmobiliaria y 6.700 millones de las minusvalías de las participaciones industriales y los créditos fiscales. En total, 24.945 millones, de los que deberán descontarse unos 5.945 en concepto de nuevos créditos fiscales generados a partir de la nueva situación.

EFECTO NETO El efecto neto asciende a 19.000 millones, a los que se suman los 4.465 millones de las participaciones preferentes del FROB. Para llevar a cabo el saneamiento, el Estado suscribirá una ampliación de capital de 19.000 millones de euros en BFA en junio con lo que tendrá el control absoluto de la matriz. Finalmente, BFA recapitalizará su filial, Bankia, con 12.000 millones de euros mediante una ampliación de capital con derecho de suscripción preferente para los accionistas actuales. El objetivo es que quienes compraron acciones de Bankia --el 55%