cartando que esa sea una fórmula que pueda llegar a utilizarse para sanear a Bankia.

El comisario de Asuntos Económicos se mostró totalmente contrario a modificar el texto del tratado de creación del Mecanismo de Estabilidad Europeo, en fase de ratificación en los países de la eurozona, porque "ahora lo más importante es finalizar la ratificación del tratado para que la eurozona pueda disponer de un cortafuegos financiero eficaz de forma inmediata". Y en este sentido, planteó "la posibilidad de crear una unión bancaria en Europa que requerirá discusión sobre muchos temas, incluyendo un sistema europeo de garantía de depósitos".

Por su parte, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, instó a los líderes europeos a acordar un calendario para la creación de esta "unión bancaria" en la cumbre que se celebrará los días 28 y 29 de junio. Estas ideas, junto a la perspectiva de emitir eurobonos a largo plazo, supondrían, según manifestó Barroso, "una señal muy importante sobre la solidez e irreversibilidad del euro".

FALTA UNA ESTRATEGIA CLARA La Comisión Europea urgió a España a definir y aplicar una estrategia para "resolver eficazmente" el problema de los activos inmobiliarios tóxicos que lastran de los balances de los bancos y definir un procedimiento "claro" de recapitalización de las entidades débiles.

Los bancos, en primer lugar, deben recapitalizarse y sanearse con fondos propios o bien recurriendo al mercado, y mientras no lo hagan, no deben poder repartir dividendos ni pagar las bonificaciones a sus ejecutivos, reiteró el comisario Rehn.

En el caso de que el banco no puede recapitalizarse por sus propios medios, añadió el comisario, entonces el Gobierno puede ayudarle con fondos públicos. Únicamente cuando el Estado no sea capaz de financiar a los bancos, el Gobierno puede pedir un préstamo al fondo europeo de rescate, precisó Rehn. La posibilidad de financiar directamente a los bancos a través del fondo de rescate solo aparece evocada en un documento de trabajo de la Comisión Europea de cara al futuro, como complemento a la creación de una unión bancaria en la eurozona, según explicó Rehn.

La propuesta no fue recogida en las recomendaciones aprobadas, que solo abogan por "acelerar los pasos hacia una arquitectura financiera más integrada, incluyendo una supervisión bancaria y un sistema de resolución de crisis transfronterizo".