Contar con suficientes recursos económicos de base para la supervivencia de la Obra Social en la Comunitat. Este es uno de los primeros compromisos anunciados por el nuevo y casi seguro último presidente de Bancaja --refrendado ayer por el consejo de administración--, el abogado valenciano José María Mas Millet, hasta ahora vicepresidente segundo de la entidad.

Como una de sus prioridades, Mas Millet resaltó que, en el camino que deberá emprender Bancaja para convertirse en fundación de carácter especial, quiere lograr que “la nueva institución nazca con la financiación necesaria para garantizar la continuidad de la Obra Social de Bancaja, con su relevancia y repercusión social en la Comunitat Valenciana”.

Así se expresó frente a los miembros del consejo de administración, reunidos ayer en Valencia, con el punto principal de relevar de sus funciones al presidente interino, el también abogado, pero castellonense, Antonio Tirado --vicepresidente primero--, quien había asumido las funciones al dimitir el antecesor, José Luis Olivas, el 21 de mayo.

Otro trámite efectivo ayer fue la incorporación de un nuevo vocal del consejo, Francisco V. Gregori, como suplente, para cubrir la vacante dejada por Olivas.

El mandato de Mas Millet se adivina corto, quizás, de unos meses. Y es que, precisamente, otro de sus compromisos, como resaltó ayer, será transformar Bancaja en fundación de carácter especial, dando cumplimiento a la obligación legal que se derivará de la sustancial reducción que previsiblemente sufrirá su participación accionarial --si se reducen sus derechos de voto por debajo del 25%-- en el Banco Financiero y de Ahorros.

Este paso implicará cambios en los que ya trabaja también la Generalitat valenciana. De hecho, el conseller de Economía, Máximo Buch, avanzó hace unos días que a principios de junio, sobre el día 4, se concretará la participación de la Administración autonómica en ese nuevo ente para luego iniciar su proceso de creación.

RECURSOS // Esta meta implica la disolución de los órganos de gobierno de Bancaja y la aprobación por parte de la asamblea general, competente para adoptar el acuerdo de transformación y la constitución de la fundación, así como sus estatutos y la designación de su patronato. Luego debería ser certificado el acuerdo por el conseller de Economía y pasar a inscribirse en el Registro de Fundaciones de la Comunitat, previo informe del Instituto Valenciano de Finanzas. De dónde obtendrá los fondos para su actividad benéfico-social es la incógnita. H