Unos investigadores de la Universidad del País Vasco aseguran en una reciente investigación que rechinar los dientes, un mal que los dentistas conocen como bruxismo, tiene una derivada positiva. Pese a ser devastador para la dentadura, sostienen, permite al cerebro liberar tensiones y reducir el estrés.

España, efectivamente, está apretando los dientes, pero no parece que le esté permitiendo reducir la tensión a la que se ve sometida. Su situación se parece más bien a ese pasaje de la Biblia en el que Jesús advierte a quienes no reconozcan la llegada del mesías de que "serán echados a la oscuridad de afuera, allí donde será el llanto y el crujir de dientes". Unas tinieblas que hoy se nos presentan como la expulsión del euro si no aceptamos la buena nueva de las imposiciones del eje germano-comunitario.

El Gobierno sufrió ayer una nueva jornada de rapapolvos. El BCE lo acusó de actuar "de la peor manera posible" respecto a Bankia y se negó a facilitar la recapitalización de la entidad o la reducción de la prima de riesgo. La CE le instó a presentar cuanto antes el plan de saneamiento del banco. Y el FMI dijo que no contempla echar una mano al país.

Así las cosas, el Ibex 35, que abrió la sesión intentando recuperarse de los fuertes descensos de estos días, cerró con una mínima caída del 0,01%, hasta los 6.089,8 puntos. Ha sido el peor mayo de su historia (13,1% de caída) y el peor mes desde noviembre del 2010. La prima de riesgo se relajó mínimamente, hasta los 535 puntos básicos.