Los recortes de las administraciones públicas están pasando factura al crecimiento económico. Los ajustes y la caída de la inversión empresarial se convirtieron en el tercer trimestre del año en el principal lastre de la economía española, por encima incluso de anémico consumo privado, que moderó su caída durante el verano por el afán de las familias de esquivar en lo posible el efecto de la subida del IVA anticipando compras antes de la entrada en vigor del incremento impositivo, el 1 de septiembre.

El Instituto Nacional de Estadística (INE) confirmó ayer que el producto interior bruto (PIB) retrocedió el 0,3% en el tercer trimestre en relación al segundo (una décima menos que el -0,4% anotado en el segundo trimestre). Así, la caída anual del PIB (en comparación con el mismo periodo del año anterior) ha pasado del 1,4% del segundo trimestre al 1,6% en el tercero. La demanda nacional (consumo e inversión) aumentó su aportación negativa al PIB en dos décimas, hasta el 4%. Sin embargo, el buen comportamiento del sector exterior, gracias a las exportaciones, permitió contrarrestar en parte la caída de la demanda interna con una aportación positiva al crecimiento de 2,4 puntos de modo que la caída total del PIB fue del 1,6%.

El secretario de Estado de Economía, Fernando Jiménez Latorre, valoró ayer la menor caída trimestral del 0,3% y adelantó que en el conjunto del año el retroceso del PIB será algo inferior al 1,5% previsto por el Gobierno. Jiménez Latorre anticipó que la economía volverá a crecer en la segunda mitad del 2013.

POLÍTICA DE AUSTERIDAD Los detalles ofrecidos ayer por el INE reflejan los efectos sobre el crecimiento de la política de austeridad del Gobierno. En el tercer trimestre, el gasto público bajó el 2,4% en relación al segundo

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