El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha confirmado esta tarde en Bruselas que entre sus prioridades no está impulsar un nuevo modelo de financiación autonómica -pese a ser una promesa electoral y un compromiso gubernamental-, sino aprobar el proyecto de reforma del IRPF y de impuestos de sociedades que salió hace apenas una semana del consejo de ministros y, después, dotar de mayor capacidad fiscal a las comunidades.

Como ya adelantó EL PERIÓDICO, el plan del Ejecutivo central pasa por aplazar sine die un cambio del sistema de financiación que, inevitablemente, tendría que suponer una inyección extra de liquidez a los territorios en un momento en el que el Gobierno español asegura no poder permitírselo si quiere que le cuadren sus cuentas con la Unión Europea. El pasado jueves, el ministro Cristóbal Montoro ya adelantó a los consejeros de economía que fueron convocados al Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF) un posible aplazamiento de la reforma prometida, alegando que el momento político no era propicio para una modificación que supondría enfrentamiento entre las propias comunidades y entre las comunidades y el Estado.

En todo caso, la polémica decisión adoptada por el equipo de Rajoy conllevará choques entre Administraciones, habida cuenta que varios gobiernos autonómicos del PP (Valencia o Madrid por ejemplo) ansían la llegada de una reforma del modelo de financiación que llevan meses exigiendo y que pensaban utilizar como baza principal en la próxima campaña electoral que han de enfrentar, el próximo mes de mayo. A eso hay que sumar la posición de Catalunya, cuyo Govern ya ha anunciado que está dispuesto a dar "la batalla legal" si los conservadores no cumplen su promesa de reformar el sistema vigente.

"SEGUNDA PARTE" DE REFORMA FISCAL

Cuando se le preguntó al presidente por esta cuestión ayer en Bruselas respondió, con algunos rodeos, que lo relevante ahora para su Gobierno es sacar adelante la reforma fiscal que ya está sobre la mesa "y que supondrá una bajada de impuestos para el cien por cien de los contribuyentes" y que, a su entender, fomentará la creación de empleo y mejoras en la competitividad de las empresas. Dicha reforma atañe al IPRF y al impuesto sobre sociedades. "Lo primero es sacar adelante esta reforma y después iremos viendo una segunda parte que afectará a los impuestos que nutren a las comunidades", añadió.

En este contexto, Rajoy sacó a colación figuras como el impuesto de sucesiones, el de donaciones, el de transmisiones patrimoniales o impuestos medioambientales sobre los que podrían acometerse cambios a medio plazo, recalcando que lo fundamental es garantizar que las comunidades recuperan la capacidad de financiación que perdieron durante los años más duros de la crisis, que situó en unos 70.000 euros. "El proceso de reforma fiscal ha empezado y va a seguir en el futuro", concluyó.