Los votantes del Reino Unido deciden este jueves si permanecen o no en la Unión Europea y la economía española, mientras tanto, aguanta la respiración, pues hay mucho en juego.

En caso de un triunfo del ‘Brexit’ todos los socios europeos sufrirían las consecuencias económicas y políticas de perder un socio que representa más del 17% del producto interior bruto (PIB) de la zona. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), los países más afectados serían Malta, Irlanda, Chipre, Holanda y Bélgica, por su mayor vinculación comercial y financiera con el Reino Unido. Se estima que un 'Brexit' provocaría una reducción de entre el 0,2 y 0,5 %; del PIB en la UE.

España, por su parte, ve peligrar un socio europeo privilegiado. El Reino Unido es el primer cliente turístico de España; es el principal destino de las inversiones directas españolas en el exterior y también el principal inversor extranjero en España. Hay empresas como Banco Santander, Banc Sabadell, Telefónica, Inditex, Iberdrola, Ferrovial, FCC, o IAG (British Airways e Iberia) que tienen mucho en juego por su fuerte apuesta inversora en el Reino Unido.

Más allá de las consecuencias económicas, también se atisba que el 'Brexit' podría tener efectos políticos sobre el proceso separatista en Catalunya o el contencioso de Gibraltar.

“España no es inmune a los efectos de un ‘Brexit’, debido a sus fuertes conexiones con el Reino Unido, tanto en términos de flujos de personas (del turismo y migratorios), como de interrelaciones con el sector financiero”, afirma Nick Greenwood, de Analistas Financieros Internacionales (AFI), en un artículo publicado por la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas).

RELACIONES COMERCIALES

“Desde hace una década España registra superávit comercial en la balanza de bienes con el Reino Unido”, subraya el servicio de estudios de Bankia. En el 2015 ascendió a 5.647 millones de euros. Las relaciones comerciales de bienes entre ambos países se cifran en casi 31.000 millones al año. En sentido más amplio,tomando en cuenta los servicios turísticos y no turísticos, el superávit comercial de España frente al Reino Unido se eleva al 1,3% del PIB, según AFI.

El Reino Unido es uno de los principales socios comerciales de España, tanto por el lado de las exportaciones (7,3% del total, el cuarto destino de las ventas españolas) como por el de las importaciones (4,6%, sexto proveedor español). España vende al Reino Unido, principalmente, automóviles (28,5% del total) seguido, a gran distancia, por máquinas y aparatos mecánicos (9,4%). Por su parte, el sector del automóvil también ocupa el primer lugar entre las compras españolas al Reino Unido, con casi el 18% del total, por delante de combustibles y aceites minerales (13,9%).

En la balanza de servicios no turísticos, España también tiene un superávit con el Reino Unido próximo a los 600 millones anuales.

Según AFI “la posibilidad de un ‘Brexit’ podría perjudicar estos flujos de comercio, pues es de esperar que disminuyan tanto la confianza como el poder adquisitivo (con una depreciación de la libra) de los consumidores británicos”. El FMI calcula una depreciación de la libra esterlina del 5 % y el 15 % en caso de una salida de la UE.

INVERSIÓN DIRECTA

Reino Unido es el principal destino de las inversiones directas brutas de España en el exterior. Desde el 2000 hasta el 2015 sumaron 111.782 millones de euros, la quinta parte de la inversión total española en el exterior en ese periodo. La presencia española se concentra principalmente en los sectores financiero (35%), de telecomunicaciones (32%) y energético (15%). También ha presencia importante del sector comercial (Inditex) y de las infraestructuras (Ferrovial, FCC) y del transporte (IAG).

Se estiman en unos 16.600 millones las inversiones del sector financiero británico (Santander y Sabadell) y en unos 15.200, las de telecomunicaciones (filial O2 de Telefónica)

En total, según datos del ICEX, en Reino Unido existen más de 300 empresas de capital español, mientras que en España hay casi 700 sociedades británicas.

El Reino Unido es el principal inversor en España, con más de 57.000 millones de euros desde el 2000, cantidad que representa el 22,2% de todas las inversiones percibidas por nuestro país en dicho periodo, según el análisis realizado por Bankia. La inversión británica se concentra en los sectores de tabaco (Imperial Tobacco), telecomunicaciones (Vodafone), servicios financieros y comercio minorista.

La incertidumbre alrededor del Brexit podría retrasar el flujo de fondos entre ambos países destinados a invertir. Además, una depreciación en la libra reduciría los beneficios de las empresas españolas con filiales en el Reino Unido y los cambios regulatorios que se produjeran afectarían a la rentabilidad de las inversiones españolas en el Reino Unido.

SECTOR FINANCIERO

España está particularmente expuesta al sector financiero británico, a través de Banco Santander y de Banc Sabadell (propietario de la firma TSB, adquirida en el 2013). De todos los países europeos, el sector bancario español tiene las mayores inversiones en el sector bancario privado de Reino Unido (el 17,2% del total), solo por detrás de EEUU (17,8%) y por delante de Alemania (15,5%).

Se estima que Santander UK es depositario de entre el 10 y el 20% de las cuentas corrientes británicas, mientras que TSB tiene depositadas en torno al 5%. En el 2015, el grupo Santander tuvo un 28,6% de sus activos y un 30% de su beneficio neto en el Reino Unido. Por su parte, TSB representó el 20,7% de los activos de Sabadell y un 17,2% de su beneficio, según los datos recopilados por AFI.

En caso de 'Brexit', el impacto sobre estas inversiones podría llegar por la previsible depreciación de la libra (que reduciría los beneficios que se repatriasen a España) y por los posibles cambios regulatorios. Además, el shock que sufriría la economía británica podría producir un aumento de la morosidad y del número de impagos y exigir mayores dotaciones de capital por parte de la matriz española en la filial británica.

TURISMO

Los ciudadanos británicos son el primer cliente turístico extranjero de España. En 2015 llegaron a España 15,7 millones de turistas británicos, el 23% del total, con un crecimiento del 4,5% en el año. Estos turistas gastaron 14.057 millones de euros, el 20,9% del total del gasto de los turistas en España y una cifra que supone un incremento del 10,3% respecto al 2014.

El superávit de la balanza española de turismo y viajes frente a Reino Unido supera los 6.000 millones de euros. En términos hoteleros, el peso de los turistas británicos también es muy elevado: en 2015 efectuaron el 26,3% de las pernoctaciones hoteleras, con un crecimiento del 9,2%. Reino Unido es el principal mercado emisor para Andalucía, Canarias y Valencia.

El impacto del 'Brexit' sobre el turismo en el corto plazo se daría principalmente por una depreciación de la libra que redujera el poder adquisitivo de los británicos, aunque es de esperar que el relativamente bajo nivel de precios en España (en comparación con otros destinos como Francia) amortiguase algo este efecto renta, según el análisis de AFI.

LIBRE CIRCULACIÓN DE PERSONAS

Se estima que entre 800.000 y un millón de británicos viven al menos una parte del año en España. Esta población incluye grupos de elevada edad con una fuerte dependencia del sistema de la Seguridad Social que podrían ver limitado su acceso a los sistemas sanitarios de la UE en caso de un ‘Brexit’.

En sentido contrario, el Reino Unido es el principal destino para los emigrantes españoles, aunque se trata principalmente de personas jóvenes en busca de oportunidades laborales. Se estima que en el Reino Unido viven cerca de 200.000 españoles, la mayoría de ellos (70%) con edades entre 20 y 35 años, titulación universitaria (60%) o máster (18%).

“Existe preocupación entre los ciudadanos europeos por su acceso futuro a la educación o la sanidad”, apunta Susi Dennison, investigador del Council on Foreign Relations, en Londres. “Si el Reino Unido deja la UE, los estudiantes pagarán el doble al mes. Además, la perspectiva de no tener un trabajo después hará menos atractivo el país para los estudiantes extranjeros”, advierte Barbara Aubin, de la London School of Economics.