Los contratos por obra y servicio y por necesidades de la producción, los que acaparan la inmensa mayoría del empleo que se crea cada mes, suponen 8 de cada 10 del total de contratos que se firman y 9 de cada 10 temporales. Los primeros, que duran menos de siete días, han crecido el 50% (del 5,2% al 10,7%) en los últimos seis años. Y el año pasado cada trabajador tuvo una media de 2,75 contratos, la mayor de los últimos diez años, según el Ministerio de Empleo.

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Estos tres datos son la radiografía de un mercado laboral precario y volátil, desde el punto de vista de los trabajadores, que ha ahondado en la temporalidad al calor de las dos reformas laborales aprobadas durante los peores años de la crisis. Los sindicatos y los afectados hace tiempo que detectaron que muchos de estos empleos encubren actividades poco temporales y se aplican a puestos de trabajo que antes ocupaban empleados fijos.

María Carmen Barrera, secretaria de Políticas Sociales y Empleo de la Unión General de Trabajadores (UGT) ha solicitado al Gobierno que adopte "medidas eficaces" para erradicar las altas tasas de temporalidad del mercado laboral español y en concreto que las multas por fraude en el abuso de los contratos temporales tengan "consecuencias económicas suficientemente elevadas" para que disuadan a los empresarios de utilizarlas si no hay razones.

SENTENCIAS EUROPEAS

"La reciente sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea", señala Barrera, "no solo ha llamado la atención a España por las indemnizaciones a los trabajadores interinos del sector público sino que ha pedido que se ponga límites a la elevada temporalidad en los empleos". "En muchas ocasiones las causas para realizar estos contratos no están suficientemente aclaradas", ha subrayado la dirigente de UGT.

La media de temporalidad en España fue, en el 2015, del 25,1%, frente al 15,5% de media de la zona euro, según los datos que baraja el sindicato con fuentes del Ministerio de Empleo. Los contratos por obra o por producción se aplican en todos los sectores de la economía.

Debido a las características propias de la actividad, es la agriculturala que presenta una tasa superior, del 61,2%, 22 puntos más que en la zona euro. Le sigue el sector de la construcción con una tasa del 41,3% (el 16,4% en la zona euro), la hostelería (39,1% frente a 27,2% en Europa), las actividades recreativas y de entretenimiento (34,9% y 28%, respectivamente), sanidad y servicios sociales (27% frente a 16%), actividades administrativas (24,9% frente a 18,2%) y educación (24% frente a 19,5%).