La última década no ha sido ejemplar para los fondos de inversión y los planes de pensiones (individuales y de empresa). Es cierto que ha coincidido con la peor recesión de los últimos 80 años, pero el resultado obtenido por los productos de inversión más populares no deja de ser deprimente. ¿Ha ganado alguien con su gestión? Los bancos, en síntesis. Mejor dicho: los gestores, que en su mayor parte son bancos en España. Un estudio de la consultora financiera Mercer concluye que del 2004 al 2016 la mitad de la escasa rentabilidad de estos instrumentos ha ido a parar a los gestores.

Las cifras no parecen espectaculares en porcentaje, ya que los fondos de inversión han conseguido en esa década una rentabilidad bruta del 2,7%. Pero el rendimiento neto --sin impuesto ni inflación-- que corresponde al inversor se ha quedado en el 1,4%. Es decir, justo la mitad de la rentabilidad ha sido para los gestores. Y el porcentaje resulta similar en el caso de los planes de pensiones individuales: 1,7%, frente a un rendimiento bruto del 2,4%. Para que nos entendamos: el 1,5% del volumen de recursos gestionados, 500.000 millones de euros contando planes y fondos, representa 7.500 millones al año, que es la cifra que se llevan los intermediarios por hacer su trabajo.

GESTIÓN PASIVA / En realidad han conseguido esa retribución por no hacerlo, ya que, con frecuencia, aplican tarifas de gestión activa por realizar una gestión pasiva. «Solo se limitan a seguir los índices», destacan algunas fuentes consultadas.

De una u otra forma, existe cierto consenso en la industria de inversión a la hora de afirmar que las comisiones que se aplican por la gestión resultan exageradas, por no decir abusivas. El argumento que justifica esa idea lo dan precisamente los planes de pensiones colectivos o de empresa. Estos instrumentos, gestionados por un comité de inversión, tienen capacidad para negociar comisiones y en general se sitúan en torno al 0,75%. Un porcentaje que también se usa para los fondos de inversión en muchos de los países del entorno europeo. Esa media, representaría 3.700 millones de euros (no 7.500 millones), una cifra equivalente a lo que los bancos tendrán que devolver por las cláusulas suelo de ocho años.

Se da la circunstancias de que los planes de empleo han conseguido una rentabilidad bruta mucho mayor que el resto, del 3,4%, mientras que la neta se sitúa en el 3%, según el estudio de Mercer. «Destaca en los fondos de empleo que el comité de control decide la inversión y un nivel de riesgo que se asume a partir del análisis de la situación del colectivo laboral que invierte en ese producto», explicado Xavier Bellavista, uno de los redactores del informe. «En los otros vehículos no hay este tipo de sistema de control», agrega.

El informe subraya que, para desesperación de los partícipes, los fondos de pensiones no aprovechan normalmente su horizonte a largo plazo para invertir de forma diferenciada. «No invierten con más riesgo, pues es la única forma de conseguir más rentabilidad que la media del sector», comenta Bellavista.

El informe pone de manifiesto que el periodo no ha sido propicio para la renta variable. De hecho, en los últimos 10 años han tenido la misma rentabilidad los fondos de renta variable que los monetarios. «Tiene una explicación --afirma Bellavista--: los fondos tienen una proporción alta de renta variable europea y esta no ha ido muy bien últimamente. Puede que, a más largo plazo, el rendimiento pueda ser superior», comenta.

No existen grandes diferencias por lo que se refiere al tipo de gestores. Todos destacan en la gestión de alguna modalidad. «La idea de que existen fondos de autor y que estos están más relacionados con las boutiques españolas (las gestoras independientes) no parece justificarse en el estudio», según pone de manifiesto este experto.